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54Grado.com : Hoy es miercole 8 de mayo del 2024. Faltan 237 días para el año 2025. Temperatura: la máxima estará entre 31 °C y 33 °C y la mínima entre 22 °C y 24 °C :.... Efemérides Nacionales: 1254 en España, el rey Alfonso X el Sabio otorga la normativa fundacional de la Universidad de Salamanca 1360 Francia e Inglaterra firman el Tratado de Brétigny. 1366 en la actual España, Pedro IV de Aragón dona a don Pedro Jordán de Urriés el castillo y villa de Ayerbe y sus términos. 1456 en Málaga (España), las tropas cristianas del rey Enrique IV de Castilla arrebatan a los musulmanes la villa de Estepona. Acontecimiento 1521 la Dieta de Worms condena las tesis de Martín Lutero. Martín Lutero Fundador del Protestantismo Martín Lutero 1527 en la actual Argentina, el navegante italiano Sebastián Caboto y sus soldados son los primeros europeos que avistan el río Paraná. Acontecimiento 1541 en la actual Estados Unidos, el conquistador español Hernando de Soto y sus soldados son los primeros europeos que avistan el río Misisipi, al que bautiza Río de Espíritu Santo. Hernando de Soto Conquistador y explorador Hernando de Soto 1701 en España, las Cortes reconocen como rey a Felipe V de Borbón. 1788 en Francia, el Parlamento se suspende con la creación de 47 nuevas cortes. 1794 en París (Francia), el químico francés Antoine Lavoisier ―acusado de traidor― es apresado, condenado y guillotinado en el mismo día por los revolucionarios. 1821 en Gravia ―en el marco de la Guerra de independencia de Grecia― los griegos derrotan a los turcos otomanos. 1847 Robert Thomson patenta uno de los primeros modelos de neumático para vehículo. 1863 la Confederación Granadina toma el nombre de Estados Unidos de Colombia. 1878 en Londres (Inglaterra), David Edward Hughes da a conocer a la Royal Society el micrófono de carbón (el primer micrófono). 1886 en Estados Unidos, John Stith Pemberton inventa la coca cola. 1895 China cede Taiwán a Japón. 1902 en la isla de Martinica se produce la erupción del Mont Pelée (Monte Pelado), que sepulta a Saint Pierre. 1906 en México se funda el Club Deportivo Guadalajara. 1914 en Estados Unidos, se crea Paramount Pictures. 1923 en México se inaugura la CYL, una de las primeras emisoras de radio de ese país. 1931 en España, las Cortes Constituyentes reconocen por primera vez a las mujeres como elegibles. 1932 en Andalucía se funda el Diario Ideal. 1933 en la India, Gandhi comienza una huelga de hambre de tres semanas contra los invasores británicos. 1942 en Corea termina la Batalla del Mar del Coral entre navíos japoneses y estadounidenses. 1942 en Filipinas se rinden las tropas estadounidenses, luego de cinco meses de lucha contra Japón. 1943 en Nueva York (Estados Unidos) se crea la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). 1945 la Alemania nazi firma la rendición incondicional. Día de la Victoria en Europa para los Aliados. 1953 en el Sitio de pruebas de Nevada, Estados Unidos detona la bomba atómica Encore, de 27 kt. Es la octava bomba (de once) de la operación Upshot-Knothole, y la número 42 del total de 1054 bombas atómicas que hizo detonar ese país entre 1945 y 1992. 1967 la sonda espacial lunar Orbiter 4 alcanza la órbita de la Luna. 1967 Muhammad Ali pierde su título de campeón mundial por negarse a prestar el servicio militar. 1970 en el Reino Unido sale a la venta el álbum Let it be, de Los Beatles. 1972 en Estados Unidos, el presidente Richard Nixon ordena el bloqueo y minado de los puertos de Vietnam del Norte. 1980 la OMS declara oficialmente erradicado el virus de la viruela en todo el planeta. 1981 Luis Buñuel, Cristóbal Halffter, Eduardo Chillida, Nicanor Zabaleta y Alfredo Kraus reciben la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. 1983 segundas elecciones municipales democráticas en España después del franquismo. 1984 la Unión Soviética no participa en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Trece países siguen su ejemplo. Acontecimiento 1987 Javier Pérez de Cuéllar, secretario general de la ONU, recibe el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Javier Pérez de Cuéllar Político y secretario general de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar 1996 la Asamblea Constituyente de Sudáfrica aprueba la nueva Constitución. 2005 en Uruguay se celebran elecciones municipales; por primera vez el Frente Amplio conquista varias intendencias en el interior. 2006 en Costa Rica, Óscar Arias asume por segunda ocasión la presidencia. 2008 el club argentino San Lorenzo de Almagro elimina a River Plate de la Copa Libertadores de América. 2009 el papa Benedicto XVI inicia visita a Israel, Jordania y los Territorios Palestinos.

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domingo, 7 de julio de 2019

Los toros de El Seibo desde la barrera

Luis Beiro
El Seibo

Aunque la tradición emprenda el rumbo de las veredas, el seibano sabe que la función taurina no comienza a las cuatro de la tarde. A esa hora, el ruedo se llena de jóvenes que, a pie o a caballo, andan de uno a otro lado en busca de protagonismo.

El recién llegado se asombra y se enaltece ante tanta juventud aventurera. No se imagina que esos mismos personajes, una hora después saltarán a la plaza como aguerridos domadores gracias a la peculiaridad de las funciones seibanas: los dos últimos toros de cada corrida ‘‘pertenecen’’ al público, y no precisamente por ser los menos bravos. Para esa ocasión se reservan a los que disparan humo y fuego por sus ojos, aquellos que no se cansan ni al dar diez vueltas al espacio cerrado ni al golpear a cuanto ingenuo pierda el equilibrio en su loca carrera contra el tiempo.
Como en El Seibo el toro ‘‘no se mata’’, nada hay que perder, salvo el honor herido del torero al ser ‘‘revolcado’’ por la bestia, o algunas costillas rotas por la contundencia del impacto de sus cuernos. La función tiene un solo precio, ver quién se cansa primero: si la irredenta juventud o la bestia feroz que después de veinte minutos de carreras y embestidas es enlazada por campechanos jinetes que la retiran del ruedo para dar paso a la siguiente.

Las fechas
Las funciones son posibles cada primera semana de mayo. Nunca más, aunque los seibanos anhelen revivirlas en otras ocasiones. Estas coinciden con las fiestas patronales. Son el toque de originalidad de una provincia que ha hecho suya la tradición española que parecía destinada al olvido. En esa plaza artificial no se ha dejado de torear desde hace más de cien años. Las ‘‘bestias’’ llegan del Central Romana. No son crías preparadas para el combate, sino para la reproducción que, de seis en seis, irrumpen en la ciudad, todas las tardes de la primera semana de mayo, dentro de ‘‘furgones’’ especiales.
Vienen en son de guerra y miran a las gentes que, asombradas, no saben si compadecer su hacinamiento o ‘‘pinchar’’ sus cuerpos con cuanto objeto encuentren. En otras épocas, los colonos nativos criaban los bravos animales que encendían la pasión dentro del ruedo. Entonces, sí había competencia por aportar las mejores bestias y El Seibo soñaba su proeza taurina. Con el paso del tiempo, aquellos colonos fueron emigrando y la tradición de crianza pasó al Central Romana.

‘‘Olé’’ a la dominicana
En las corridas seibanas, las ‘‘fieras’’ son las primeras en el campo de batalla y permanecen a la vista de todos: desde tempranas horas de la tarde el furgón se estaciona al norte de la plaza. Sin el menor pudor, los toros sudan, sueñan, gritan y parecen romper los barrotes que los separan de la multitud que no teme pasar frente a ellas a pesar del mal olor acumulado. Traen un misterio que nadie se atreve a descifrar. Sus ojos encierran diversos sentimientos. Desde la locura hasta la bondad. Enfrentar la mirada del toro debería ser un arte. Concentrados en algún punto lejano, los ojos de la bestia esperan el fulgor de los humanos. Pero el seibano no pretende esa experiencia. No quiere los mensajes del otro lado de su ser. Ni le interesa su suerte. Sólo pretende -como buen aficionado-, divertirse.
El recién llegado se confunde con el polvo del camino: da vueltas una y otra vez alrededor de la improvisada plaza, mientras los minutos parecen romperle la paciencia. Allí comprueba que todos van a desdoblarse. A diferencia de otras fiestas, donde las gentes asisten para ser vistas, el seibano disfruta como pocos su espectáculo. Ya bien como actor o espectador. Va a torear o a ser toreado.
Cerca de las cinco de la tarde, el ruedo cierra y comienzan los fuegos artificiales. Cada quien ocupa su espacio y el viajero se apresta a la emoción. Se abren de nuevo las puertas y aparecen los "toreros" simulando lo que alguien ha llamado "desfile". Para cada toro hay un maestro y tres alumnos que visten su atuendo a la dominicana.
Las damas no les lanzan flores a su paso. Tampoco son aplaudidos por la entusiasta concurrencia. Por el contrario, algunos chiflidos y abucheos trascienden el espacio.
Sus trajes no traen esmaltes ni lentejuelas. El que visten los ‘‘maestros’’ es más vistoso por sus colores llamativos: el modelo es similar al del ‘‘matador’’ de España, pero con diferencia en tiempo y espacio: el valor de aquel se acerca a una pequeña fortuna en miles de dólares. El de los seibanos es vulnerable al resplandor, y netamente casero.
Los ‘‘alumnos’’ visten diferente. Los modelos, más discretos y casuales no desechan colores llamativos. Pero algunos logran modelar combinaciones en fuerte azul. Son peculiares y pintorescos aquellos trajes. Al igual que quienes los usan.
El "desfile" se apaga minutos después. Un muñeco de trapo es colocado en el centro del ruedo y sobre este se enciende un montante que explota en aquel inolvidable atardecer: al unísono, sale el primer toro que embiste el muñeco y lo lanza por el aire como si fuera una pelota.

El toreo
El maestro sale y desafía. Sobre su cabeza no lleva la vistosa boina negra al estilo de España. Su pelo es cubierto con una especie de media tejida con hilo de algodón. Su mantón rojo es de lona. Está roto y descolorido, pero de algo sirve.
El toro embiste y el maestro lo esquiva un par de veces. Pero en el tercer cruce, el maestro demuestra que ha perdido reflejos: cae ‘‘regado’’ y el impacto le hace saltar la boina que va a caer justo delante del animal, en el medio del ruedo. El infeliz a duras penas se levanta y no sabe si seguir toreando o buscar una de las dos ambulancias parqueadas en los alrededores.
Los alumnos salen pero el maestro no se va: vuelve a buscar su boina porque un buen torero no deja ni un pañuelo a mansalva de la bestia. Después, no volverá a aparecer, a menos esa tarde. Su lugar es ocupado por alumnos que, en la medida de sus posibilidades, van cansando, uno a uno, a los cuatro ejemplares de la función.
Con sus sueños casi sin hacer, ellos sacan la cara por el veterano lesionado. Y cumplen la función, no sin antes pasar algún apuro.
Las dos últimas bestias pertenecen a la muchachada: unos encima, otros halándole la cola, las irritan más de lo debido. Un joven vuela por los aires y otro cae fuera del ruedo. Un tercero es golpeado contra el madero del corral: la segunda ambulancia se hace cargo de él.
Concluye la función cuando el viajero menos lo imagina. Todos se lanzan a la plaza y corren de uno a otro lado. No se pude distinguir cuál se ha convertido en bestia y quién sigue siendo el aspirante a la gloria.

El torero
El torero español Antonio Chenel ‘‘Antoñete’’, confesó en su libro de memorias: ‘‘Se torea como se es. Se torea como se vive. Por eso, el toro delata a los malos toreros y a los impostores’’ (‘‘Antoñete, el maestro’’, de Manuel Molés, El País-Aguilar, 1996). El célebre profesional refería la transparente virtud del oficiante, dentro o fuera del ruedo.
Asumir la maestría significa un tipo de conducta personal y social que el torero seibano no puede mantener.
A grandes rasgos no es torero a secas porque no conoce el milagro de jugarse la vida. Solo enfrenta a la bestia para cansarla. El seibano no entiende al toro. No le respeta su terreno. Lo provoca durante quince minutos sin reconocerle su espacio. Y tiene algo peor. Se enfrenta a la bestia con elegancia no renovada, pero sólo durante una semana al año. El resto de su tiempo lo ocupa en labores de sobrevivencia.
Evidentemente, los seibanos torean como viven: en medio de la incertidumbre de un tiempo que sólo les permite soñar.
Una función de toros en El Seibo es un espectáculo inolvidable que cada dominicano debería presenciar no sólo para su disfrute personal, sino por el desenfado mágico que recuerda ciertos episodios garciamarquianos
Entre cuatrocientas y quinientas personas asisten a cada función. La plaza, hasta la publicación de este reportaje, era muy peculiar, al estilo de los pueblos españoles, portátil, levantada especialmente para la temporada. Se armaba con tablas de pino colocadas de forma circular con dos portones, uno para los toreros y otro para los toros. La entrada es gratuita.

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