.


noticia principal

                                                                 

Efemérides

54Grado.com : Hoy es Domingo 7 de diciembre del 2025 . Faltan 25 días para el año 2026. Temperatura: la máxima estará entre 31 °C y 33 °C y la mínima entre 22 °C y 24 °C :.... Efemérides Nacionales: 1703 entre el 5 y el 9 de diciembre («24 a 28 de noviembre» según el calendario juliano vigente en esas fechas en Europa) en las Islas británicas se produce la Gran Tormenta de 1703 ―la más violenta registrada en la Historia de la región―. Comenzó el 5 de diciembre, abarcando un área de 500 km de anchura, desde Gales, el centro y el sur de Inglaterra, el mar del Norte, los Países Bajos y el norte de Alemania. Se informaron tornados. El periodista y escritor británico Daniel Defoe (autor de Robinson Crusoe) escribió que fue «la más terrible tormenta que haya visto el mundo». Se hundieron muchos barcos de las flotas de guerra neerlandesas y británicas, con centenares de ahogados. En muchos lugares se produjeron marejadas ciclónicas. Las inundaciones generadas ahogaron a un número indeterminado de personas (entre 8000 y 15 000). 1732 en el barrio de Covent Garden (Londres) se inaugura la Royal Opera House. 1760 en Venezuela, el fraile capuchino Lucas de Zaragoza funda la localidad de Maturín. 1787 en Estados Unidos, el estado de Delaware es el primero que ratifica la constitución. 1848 en Costa Rica se funda el cantón de San José. 1895 los etíopes derrotan al ejército invasor italiano en Ambia Alagi. 1917 en Argentina se funda la ciudad de El Calafate (ciudad donde se encuentra el glaciar Perito Moreno). 1933 a 400 km al noroeste de Asunción y 60 km al norte de la frontera con Argentina, comienza el Cerco de Campo Vía, que terminará cuatro días después, en que el ejército paraguayo vencerá al ejército boliviano. 1941 en Hawái, la Marina Imperial Japonesa lanza su ataque a Pearl Harbor. 1943 en Trento (Italia), Chiara Lubich funda el Movimiento de los Focolares. 1953 dimite el jefe de gobierno israelí David Ben-Gurión. 1966 Siria pide el derribamiento del rey Hussein de Jordania. 1983 en el aeropuerto de Madrid-Barajas (Madrid), un accidente aéreo deja 93 muertos. 1987 en Lima (Perú) sucede la Tragedia aérea de Alianza Lima. 1988 en Armenia ocurre el terremoto de Spitak, que destruye varias ciudades y causa más de 70.000 muertos. 1991 la URSS firma un tratado y pasa a llamarse Rusia. 1995 la sonda atmosférica de la misión Galileo penetra en la atmósfera del planeta Júpiter. 1997 Último campeonato del equipo Cruz Azul en el fútbol mexicano. 2001 lanzamiento del satélite artificial TIMED, dedicado al estudio de las capas altas de la atmósfera. 2003 en Uruguay se realiza un referéndum de ANCAP, en el que ganará el voto positivo. 2005 en el Aeropuerto Internacional de Miami, un grupo de policías federales matan a tiros al pasajero costarricense Rigoberto Alpízar, quien dijo tener una bomba, lo que resultó no siendo cierto.

mausan y noticia en vivo

El Tiempo

                                                      

Las Caliente Noticias

Buscar este blog


 


 


 

domingo, 5 de diciembre de 2021

Cuando se termina el baile

Esa canción pasó de moda. Pero no se olvi­da. Nos recuerda una época sublime. Pa­ra bailar había que sa­ber. No estoy ofendiendo a nadie, ni añoro “un pasado que no volve­rá”, pero antes imperaban las téc­nicas danzarías: Desde las cortes francesas del siglo XVII hasta en los arrabales de Buenos Aires.

Mientras el tango se imponía a la obsoleta aristocracia riopla­tense, algo conspiraba contra lo sublime. En los espacios de otrora la enseñanza era obli­gatoria antes de subir a un es­cenario con una pareja para demostrar habilidades con los pies, junto al rítmico bambo­leo. Había ritmos, disciplinas, tendencias y maneras. Con­vocar al baile no solo necesi­taba deseos, sino habilidades. Era vital exponer el rigor de lo aprendido al rítmico ulular de los cuerpos moviendo sus ins­tintos con magnífica cadencia.

Algo subía por los pies hasta el cerebro al bailar de esa forma. No era necesario el reto del alco­hol, ni la piel tatuada, ni el humo de cigarrillos desbordados. Solo importaba la sensualidad, ese hi­lo interior imposible de ocultar. Eran símbolos de respeto.

Pero el tiempo también se pin­tó ojos y labios. Junto al disfrute espiritual, se crearon concursos de baile, a manera de espectácu­los. Incluso, se filmaron pelícu­las extenuantes donde las horas de descanso no existían y las pa­rejas enfrentadas confundían so­les y lunas (Ver a Jane Fonda de manos de Sidney Pollack en “Bai­le de ilusiones”, 1969). Aquellos fueron retos comerciales donde la denuncia social caía en el ban­do adecuado. Los premios no re­compensaban el talento de los danzantes, sino la habilidad de mantenerse en pie, vencer a to­dos. Esas fueron excepciones (En “Mi último tango en París” un Mar­lon Brando irreverente le mostró sus nalgas al gran jurado de Fran­cia).

Poco se ha escrito sobre el nuevo tipo de baile suplantador del en­cantamiento ritmático. Se ha im­puesto la danza amorfa, una ma­nera peculiar de moverse donde los ritmos se confunden y las mira­das cruzan abismos como si fueran naves a la deriva en mares tormen­tosos.

En sitios frecuentados por esas aglomeraciones de neobailarines, se distinguen seres variopintos.

Seres que no saben qué es bailar.

Saltan incontrolables encima de un escenario. Quieren llamar la atención y también inducir suspi­cacias. No alcanzan cielos ni in­fiernos, sino reptiles invisibles que atan sus pies a un sueño impropio.

Me explico. Las rostros se con­funden con campanarios abando­nados. Gestos y manos suben y ba­jan como buscando un altura que no existe y los rostros dan vueltas sobre sí mismos sin nada que ocul­tar, como si el tiempo no existie­ra: Se forman parejas ajenas a lec­ciones de galantería enbusca del sexo salvaje. No hay reglas pa­ra piruetas, y movimientos al va­cío. Y lo peor: se bebe y se fuma sin control mientras un DJ, a to­do volumen.difunde una música hermafrodita, subida de todo, pa­ra que la testa deje a un lado cual­quier reflexión y abra paso al des­control emocional.

¿Qué ha pasado? ¿Ya no hay rit­mos, ni cultores en pianos y guita­rras que sepan explorar?

Hasta hace poco, los bailes eran el centro de la fiesta. Algunos lo hacían para cortejar a sus ama­das, y otros no. Era importan­te repetir los pasos de cada ritmo para demostrar la cadencia per­sonal, ya bien coreográfica, junto al al estricto movimiento de pies y caderas.

En la República Dominica los ritmos han sobrevivido a la furia de esta imprevista renovación bai­lable, donde la ausencia de técni­ca se evidencia como angustia. El pueblo dominicano ha hecho suyo tres ritmos: el merengue y la bacha­ta y la salsa, y no hay empresario, ni congregación humana, ni DJ que se los quite.

Hoy me voy a quitar la palabre­ría del bardo y saldré a la calle en chancletas:

Estoy convencido de que esta crisis será superada porque las nuevas generaciones que bailan el mambo como si fuera rock, encontrarán su propia forma de expresión. Ellos tuvieron un pa­sado, malo o bueno, y nunca se podrán librar de él, aunque lo odien con todas sus fuerzas. El libertinaje a la corta o a la larga, siempre termina como murciéla­go errante.

Yo creo en la Generación Z, co­mo ayer respeté a los Milenials. Pe­ro en algunas cosas no estamos de acuerdo. Y el baile es una de ellas.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Noticias54

                             

Noticias