Mientras se avanza en el campo de las tecnologías, inversamente las buenas costumbres, el respeto a los demás y la decencia se van degradando, lo que propicia la situación ideal para que surjan y triunfen en los medios comunicación y redes sociales los analfabetos, irresponsables, insultadores y los utilizan con mayor agudeza un lenguaje obsceno, indecente, procaz y excretor.
De esta manera, surgen unos llamados «comunicadores”, “opinólogos” e “influencers” analfabetos, patarucos y ausentes de capacidad intelectual, porque probablemente no han leído una hoja de un “paquito”, pero, se han tomado el atrevimiento de caracterizarse por utilizan gritos, insultos y palabras impublicables, que atraen a un mercado mayoritariamente de “estupidences”, que se deleitan con esos espectáculos.
Indecentes
En la República Dominicana hay muchos, pero entre ellos, me llama la atención un joven llamado Santiago Matías, presidente de la empresa de Alofoke Media Group, que en los últimos años ha sido muy exitoso, se ha convertido en un nuevo millonario y que ha hecho fuertes inversiones en el campo de la comunicación, sin saberse sin son lícitas, pero que se ha constituido en uno de los más indecentes que tiene en esa área este país.
Con un evidente deficiente nivel cultural y un pobre léxico, su principal característica es expulsar excremento de su boca, en los programas de radio y Youtube que produce su empresa, lo que muchas veces es aplaudido por sus empleados, y entiendo que por el público que lo escucha, que siempre hace alarde de que los sintonizan más de 100 mil sin saberse tampoco si son reales o ficticios.
Sé que los tontos e idiotas son abundantes, pero, no sabía que se habían reproducido tanto y tan fácilmente. Sin lugar a dudas a esta centuria hay que ponerle el nombre de “el siglo de los analfabetos y los idiotas”. Desafortunadamente, miles de años después, a ellos les ha llegado su turno, porque como dice la Biblia: “todo tiene su tiempo”.
Este joven apodado “Alofoque”, con quien no tengo nada personal, el 31 de julio del 2023 se atrevió a dejar plantado al director de la cada vez más decadente e inservible, Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, Joseph Báez, quien lo había citado para conversar sobre los contenidos indecentes de sus plataformas digitales.
Como “Alofoke hay muchos otros parecidos, como por ejemplo, los llamados Florentino, “Dotol Nastra” y “El Naguero” y Jhon Berry, etc. etc, etc, quienes tienen las mismas características: ausencia de cultura y la utilización de gritos, insultos y palabras obscenas, como escaleras para transcender socialmente.
A esta corriente también se han sumado profesionales, que para no quedarse atrás, también se han convertidos en verdaderos gañanes, en esta carrera acelerada por trascender a cualquier costo.
La Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía es la institución estatal más ineficiente e inoperante del Estado dominicano, y de acuerdo a la vieja y obsoleta Ley 1951 y al Reglamento No. 824, es el organismo encargado de regular esas inconductas.
De acuerdo a los artículos 84 y 105 del Reglamento 824, dicha Comisión puede prohibir la transmisión de aquellos programas, así como la suspensión de sus productores, que corrompan el lenguaje o que actúen contrarios a la moral, al pudor y a las buenas costumbres, pero esas tibias medidas no persuaden a nadie.
Ese lenguaje obsceno se está empleando también, en el cine dominicano, desde hace unos años, donde además de la mala dicción de la mayoría de los actores y actrices, se emplean palabras vulgares, como “coño”, como si fuera cualquier cosa.
Considero que la Comisión Nacional de Espectáculos Público debe desaparecer, y aprobarse una ley penal para regular el lenguaje y el contenido de los medios de comunicación y las plataformas digitales.
En el mundo
En algunos países se están aprobando leyes penales que castigan con fuertes multas a los que utilicen un lenguaje indecente o soez en medios de comunicación, películas, libros, espectáculos y conciertos.
Por ejemplo, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos ha establecido criterios para considerar cuando se emplea un lenguaje obsceno.
En Rusia, a partir del 1 de julio del 2014, entró en vigencia una ley que prohíbe el empleo de palabras malsonantes en la televisión, el cine, la literatura, los medios de comunicación, los conciertos y las representaciones teatrales
De conformidad con la ley, se aplican sanciones a “aquellas obras literarias y eventos de arte contemporáneo o popular que difunden públicamente palabras malsonantes”. El lenguaje obsceno también estará prohibido “en las muestras de cine, en las representaciones teatrales, en las aperturas de exposiciones, en los conciertos y en otro tipo de espectáculos”.
A partir de esa ley los contenidos audiovisuales que contengan palabras malsonantes solo se venden con un envoltorio especial que incluya una advertencia.
En la República Dominicana, desde hace unos años, la deficiente Comisión Nacional de Espectáculos Público por lo menos ha sancionado con prohibir hablar por radio y televisión a varias personas por utilizar expresiones “que causan la corrupción del lenguaje, o que son contrarias a las buenas costumbres, ya sea mediante expresiones maliciosas, palabras o imágenes perversas, frases de dobles sentidos, apología del crimen o la violencia y todo aquello que sea denigrante para cualquier persona”.
Sin embargo, entiendo que si no se regula y penaliza a tiempo el mal uso del lenguaje, el deterioro social será tan grande, que será casi imposible recomponerlo y los excretores se seguirán reproduciendo como la hierba mala, para perpetuarse por siempre y conquistar totalmente al mundo.
jpm-am
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