PUERTO PRINCIPE.- La inseguridad en Haití tiene hoy muchas causas, y una de ellas es la falta de una buena gobernanza unida a la deficiente capacidad de ejecución.
En opinión del conocido economista Kesner Pharel es real la existencia de un presupuesto de guerra, pero sigue sin desembolsarse, y esto provoca un estancamiento en la llamada campaña antipandillas.
El presupuesto de guerra, una respuesta a la actual crisis de seguridad, tenía como objetivo asignar más recursos a las instituciones de seguridad, incluida la Policía Nacional de Haití (PNH) y las fuerzas armadas.
A despecho de este esfuerzo presupuestario, una gran parte de los fondos sigue sin utilizarse.
Entre 26 y 29 millones de dólares están en la bóveda, para aún no fueron utilizados, precisó Pharel citado por el diario Le Nouvelliste.
Debido a la falta de capacidad para ejecutar estas cantidades. «Podríamos poner todo el presupuesto en manos de estas dos instituciones, no cambiaría nada si no pueden ejecutarlo», dice Kesner Pharel.
La esencia de este problema no es el dinero, sino la incapacidad de gastarlo de manera efectiva, pues hacer un presupuesto es una cosa, es un pronóstico, pero ejecutarlo es otra muy distinta, argumentó Pharel.
Ni siquiera estamos seguros de que la PNH tenga la capacidad de administrar estos fondos.
Más allá de la movilización de dinero, es necesario pensar en la cadena de suministro, el cumplimiento de los procedimientos, la rentabilidad de los contratos adjudicados y la transparencia, porque llevar un arma no es suficiente.
Tenemos que organizar la logística, adjudicar contratos, elegir las opciones más rentables, sugirió Pharel.
En estos momentos deberíamos estar en la fase de ejecución y no en la de planificación, puntualizó.
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