El recién destituido ministro de Salud Pública, Plutarco Arias, atribuyó a sectores interesados la ola de críticas desatadas en su contra tras la publicación de una licitación para la compra de jeringuillas con precios supuestamente adulterados, la cual fue cancelada.
Aunque no identificó a esos sectores, los acusó de emitir “extorsiones y chantajes” con la finalidad de distorsionar su labor.
“Han desatado una andanada de mentiras, críticas, extorsiones y chantajes, con la finalidad de distorsionar mi labor esforzada, recta y transparente en la conducción del Ministerio, acción perversa que rechazó con toda la fuerza que me da saberme una persona de valores, de familia, de buenas costumbres y de más de 35 años de ejerció pulcro de la medicina”, indica un comunicado emitido por el exfuncionario pocos minutos después de que la Presidencia de la República diera a conocer el decreto con su destitución.
En el documento, al que tituló: respuesta a una ola de infidencia y chantaje, y en el que aún se observa la firma como ministro, Arias sostiene que ha construido su vida “dorando las virtudes de honradez, honestidad, solidaridad y trabajo”.
Dijo que su designación en el puesto por el Presidente Abinader fue un reconocimiento a sus esfuerzos por construir la plataforma política del sector salud que los llevó al poder y a sus cualidades profesionales y humanas.
Citó los logros alcanzados durante los seis meses de su gestión para frenar la pandemia del coronavirus entre ellos priorizar la prevención, incrementar las pruebas y el número de camas, mejorar la atención hospitalaria, reforzar la protección del personal médico y auxiliar, reducir la letalidad y el contagio y lograr traer las primeras partidas de vacunas para inocular al personal de salud de primera línea.
Indicó que cuando asumió el cargo el país estaba postrado ante la crisis sanitaria, un sistema de salud desbordado e “incapaz de responder a los desafíos de la crisis y unas autoridades sin planes ni alternativas”.
Agradeció al presidente Abinader y al pueblo dominicano por la confianza depositada en su persona para conducir la política de salud del país en procura del bienestar de las gentes, apegado a los principios de transparencia y honradez que asegura caracteriza al actual Gobierno.
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