La relación entre China y EE.UU. es una de las relaciones bilaterales más importantes en el mundo. Defender y estabilizar los lazos China-EE.UU.
resulta en una necesidad primordial no sólo para el bienestar de nuestros dos pueblos y los pueblos del resto del mundo, sino también para la paz, la estabilidad y el desarrollo mundiales. Ya en 2014, el Presidente Xi Jinping afirmó que tanto la historia como la actualidad han comprobado que la cooperación beneficia a ambos mientras que la confrontación daña a los dos. La historia ya ha puesto de pleno manifiesto que la cooperación es la mejor opción para los dos.
Sin embargo, recientemente algunos políticos estadounidenses han fabricado teorías absurdas y han lanzado insidiosos ataques contra el Partido Comunista de China (PCCh) y nuestro sistema político, tergiversando de mala fe y negando cabalmente la trayectoria real de relaciones sino-estadounidenses de cerca de 50 años.
El sano y estable desarrollo de las relaciones entre China y EE.UU. atañe al presente y el futuro de ambos países y el mundo y responde a la aspiración común de ambos pueblos y los del mundo. Por ende, no es permisible dejar que un puñado de políticos de EE.UU., en busca de sus mezquinos intereses personales, lleven estas relaciones a peligros de tal magnitud.
Los pueblos de China y EE.UU. están unidos por contactos amistosos de larga data y lucharon hombro con hombro en la Guerra Antifascista Mundial. En febrero de 1972, el Presidente Nixon realizó una visita a China que “rompió hielos” y entre ellos se hizo un “apretón de manos a través del Océano Pacífico”. En su brindis en el banquete de bienvenida, el Presidente Nixon manifestó: “He venido aquí por los intereses de mi pueblo. Como ustedes confían profundamente en su sistema, nosotros, también en el nuestro. Lo que nos reúne aquí no es la misma convicción sino los mismos intereses y deseos. Así que no hay razón para que seamos enemigos. Ahora llega el momento de que ambos pueblos avanzamos hacia grandes perspectivas para construir un mundo nuevo y mejor.” Y los líderes chinos subrayaron que China y EE.UU. necesitan tener mente lúcida sobre sus discrepancias y trabajar mucho por buscar terrenos comunes para dar un nuevo inicio a las relaciones binacionales.
El Comunicado Conjunto sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas dado a conocer por China y EE.UU. el 16 de diciembre de 1978 declaró que EE.UU. reconoce al gobierno de la República Popular China como el único gobierno legítimo que representa China. El 1° de enero de 1979, ambos países formalizaron sus relaciones diplomáticas.
Los hechos históricos sugieren que China siempre ha perseverado en el liderazgo del Partido Comunista de China, ha seguido invariablemente el camino del socialismo y las relaciones entre China y EE.UU., desde su comienzo, se han estado siempre en el reconocimiento y respeto mutuo a los respectivos sistemas sociales. Actualmente, algunos políticos estadounidenses alegan que EE.UU., al acercarse a China y establecer lazos diplomáticos con China, tenía como objetivo de cambiar China, y que esta política ha sido un fracaso total. Acusan falsamente a China de haber engañado a EE.UU. por muchos años, y no escatiman esfuerzo en lanzar campañas de confrontación ideológica a tenor de la mentalidad de guerra fría. Se trata de una tremenda desacreditación de los enormes esfuerzos y aportes que vienen haciendo los diversos sectores de ambos países en aras de impulsar el desarrollo de los vínculos sino-estadounidenses. Pero, los hechos son los hechos y la historia no acepta ninguna tergiversación. Debemos mantener una actitud responsable ante la historia y el pueblo, rechazar la falsificación, resaltar la honestidad y restaurar la verdadera historia tal como lo es, para salvaguardar en común la base de las relaciones sino-estadounidenses y proteger la amistad entre ambos pueblos. En caso contrario, se defraudaría a la historia y las expectativas de los pueblos.
A partir de la reforma y apertura, bajo el liderazgo del PCCh, el pueblo chino, a base de nuestra propia laboriosidad y sabiduría, ha conquistado extraordinarios éxitos de desarrollo. En este proceso, el rápido crecimiento de China ha sido posible gracias al intercambio y la cooperación con el resto del mundo, y a su vez, ha brindado una inagotable fuerza motriz del crecimiento e importantes oportunidades a EE.UU. y los demás países. El volumen comercial bilateral se ha multiplicado por más de 200 veces en comparación con el del inicio de las relaciones diplomáticas, mientras que las inversiones recíprocas han crecido desde cero hasta unos 240 mil millones de dólares. Los productos chinos de buena calidad a buen precio han traído beneficios tangibles para los consumidores estadounidenses. De igual manera, las empresas estadounidenses han sacado abundantes ganancias del inmenso mercado y el excelente entorno de negocios de China.
El mundo es de múltiples colores. Los países del mundo, con sus diferentes historias, culturas, sistemas políticos y modos de desarrollo, van por caminos de desarrollo que están acordes con sus propias realidades nacionales. Respetamos el camino de desarrollo elegido por cada uno de los países y esperamos que todos tengan éxito. China sigue firmemente el camino de socialismo con peculiaridades chinas, cuyo rasgo más esencial es la dirección del PCCh. Firme en este camino, China ha conquistado enormes éxitos y hecho importantes contribuciones para salvaguardar la paz y estabilidad mundiales y promover el desarrollo conjunto de todos los países. Algunos políticos estadounidenses, por su arrogancia e ignorancia, interfieren arbitraria y brutalmente en los asuntos internos de otros países violando la Carta de las Naciones Unidas y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales. Están condenadas al fracaso las intentonas de EE.UU. de difamar el sistema político chino y sembrar cizañas entre el PCCh y el pueblo chino.
Exhortamos a los que toman decisiones en EE.UU. a respetar los hechos históricos, reconocer el rumbo histórico, atender los reclamos de las personalidades perspicaces estadounidenses y de otros países del mundo, rectificar sus errores, reajustar su rumbo para ir al encontrarse con China, abordar y controlar las discrepancias sobre la base del respeto mutuo, y ensanchar la cooperación en base al beneficio mutuo, con vistas a hacer que las relaciones sino-estadounidenses vuelvan a la vía de desarrollo sano y estable.
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