“Se observa la existencia de un incinerador instalado el cual no ha sido puesto en funcionamiento por asuntos administrativos”, sugiere el acta de inspección ambiental levantada por una comisión de técnicos del Ministerio.
Durante una investigación de un equipo de Diario Libre se detectó que la basura que se genera en los aviones que pernoctan en el AILA es lanzada al aire libre en un vertedero improvisado a pesar que la terminal cuenta con una planta de incineración donada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
En una visita al lugar se pudo observar que el vertedero donde se queman los desechos internacionales y nacionales está a unos 100 metros de la planta de incineración.
Aerodom manifestó que desde el momento que fueron notificados por el Ministerio de Agricultura, la empresa ha brindado todo el apoyo concerniente a la incineradora, aunque no se ha dicho por que no está en operación el aparato.
La directora de Aerodom, Mónika Infante Henríquez, explicó que un equipo multidisciplinario participó en todas las reuniones de coordinación a fin de que el Ministerio, en su momento, pudiera hacer las pruebas de operación, quedando pendiente por parte de este organismo la definición de los procedimientos para la implementación de uso del sistema.
“De igual modo, en la reciente reunión del Comité Nacional de Seguridad de la Aviación Civil (Conasac) se creó una comisión interinstitucional, liderada por el Ministerio de Agricultura, que tendrá como propósito establecer y redactar dichos procedimientos con los emisores de desechos y proveedores de servicios aeroportuarios”, expresó Infante.
La planta de incineración para basura internacional instalada en el AILA, fue donada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos e inaugurada hace más de dos años.
Esta planta fue entregada el 24 de julio de 2015, a un costo de US$400 mil y en la misma se evidencia un progresivo deterioro, más notorio en el panel de control frontal.
De acuerdo con el manual de la OACI, sobre temas de medio ambiente la basura que proviene de los aviones comerciales debe ser incinerada precisamente para evitar contaminación ambiental y enfermedades.
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