La predecesora de Moon, la conservadora Park Geun-Hye, se negó a cualquier diálogo sustantivo con Pyongyang a menos que el régimen comunista se comprometiese a implantar medidas concretas de desnuclearización. "Proponemos una reunión (...) destinada a poner fin a toda acción hostil capaz de incrementar la tensión militar a lo largo de la frontera terrestre", indicó el ministerio en un comunicado. La Cruz Roja indicó, por su parte, que espera una "respuesta positiva" de su contraparte del Norte, esperando poder organizar reuniones familiares a principios de octubre. De concretarse, sería la primera de ese tipo en dos años. Millones de familias quedaron separadas por el conflicto que condujo a la división de la península en dos Coreas. Muchos murieron sin poder ver a sus familiares del otro lado de la frontera, fuertemente custodiada, a través de la cual toda comunicación civil está prohibida. Moon, que asumió el poder en mayo, preconiza un diálogo con el Norte como forma de llevar a Pyongyang a la mesa de negociaciones, en medio de crecientes tensiones alimentadas por las ambiciones nucleares norcoreanas. Sin embargo, Pyongyang realizó una serie de pruebas de misiles en violación de las resoluciones de la ONU, siendo la más reciente la del 4 de julio pasado, cuando probó su primer misil balístico intercontinental, en respuesta a lo cual el presidente de EEUU, Donald Trump, reclamó la imposición de nuevas sanciones al país asiático por parte de la ONU.
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