Santo Domingo.– A pesar de los anuncios oficiales sobre grandes inversiones en el sistema de agua, residentes de la calle General Díaz aseguran que esas mejoras nunca han llegado a su sector.
La escasez del servicio se ha convertido en una carga económica tan pesada, que algunas familias afirman gastar más de dos mil pesos semanales solo para cubrir sus necesidades básicas.
Varios residentes explican que deben comprar camiones y tanques de agua constantemente. "Ya he comprado tres tanques y tres camiones. Eso son seis mil pesos que se van", agregó un comunitario mientras mostraba los recipientes que debe llenar casi a diario para poder cocinar, limpiar y abastecer su hogar.
Entre quienes más sufren la situación se encuentra Doña Santa, una mujer que ha tenido que recurrir a estrategias extremas para poder rendir el agua que logra almacenar cuando llueve. Utiliza garrafones y envases reciclados para guardar cada gota posible.
Con 72 años y una afección cardíaca que requiere medicación constante, la señora Gertrudis Reyes admite que más de una vez ha tenido que elegir entre comprar agua potable o adquirir los medicamentos que necesita.
La falta de agua no solo afecta su salud física, sino también su estabilidad emocional. "Buscando galoncito de agua, comprando tanquecito... demasiado trabajo. Yo no te puedo hablar mucho porque estoy enfermo y se me sube la presión en la cabeza", cuenta con evidente desesperación.
Qué demandas realizan los vecinos a las autoridades responsables?
En todo el sector pueden verse tanques vacíos, cubetas y recipientes improvisados a la espera de un suministro que nunca llega. Según los vecinos, al menos 100 familias viven esta misma realidad cada día: lavar, cocinar y hasta higienizarse se ha vuelto un reto que depende del bolsillo, no del servicio público.
A pesar de la escasez prolongada, muchos residentes afirman pagar su factura "religiosamente", aunque el agua no llegue ni una vez a la semana. Por esta razón, hicieron un llamado urgente a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) para que acuda en su auxilio y ofrezca una solución.
Los comunitarios coinciden en que ya no se trata solo de incomodidad, sino de dignidad y salud. Y piden con urgencia que las autoridades los escuchen.






No hay comentarios:
Publicar un comentario