Lean estos dos episodios vividos por mí: 1) En un estacionamiento de un edificio, un haitiano coloca un guineo en buen estado cerca de la llanta de un vehículo. El conductor dice al joven: retire el guineo, pues al salir lo puedo pisar.
No importa, respondió el haitiano, yo lo voy a botar. ¿Por qué? Porque me lo regalo otro haitiano sin yo pedírselo y temo que me envenene. Cualquier dominicano me puede regalar lo que sea y yo me lo como, pero nunca de un haitiano.
2) Otro haitiano me comentó que cuando en RD fallece un haitiano el “Santero” o Hougan (sacerdote de vudú) va a la casa del fallecido y lo baña; recoge el agua con que lo bañó en varias latitas y las distribuye entre los presentes, quienes a su vez la esparcen o riegan a los productos del agro que ellos venden, pues esa agua del cadáver bañado les da suerte y sus productos se venderán y ganaran dinero pronto.
A un dominicano no se le ocurriría ni siquiera pensar en ambas posibilidades, ni como católico, cristiano o ateo; ni a ninguno de nuestros más afamados pseudo “brujos”, que se utilizan básicamente para saber por adelantado los números de Lotería o para tratar de recobrar un amor perdido.
La historia de las religiones y la sociología muestran el rol que desempeñó la religiosidad africana como elemento de cohesión social e identidad étnica entre la población que fue sometida a la esclavitud en las Antillas a partir de la segunda mitad del siglo XVII.
El vudú fue parte importante de la independencia de Haití en o antes de 1804, pues los blancos de ese entonces no mostraron gran interés en proclamar la palabra de Dios a la población negra, y el Vudú brotó como resurgimiento de la religión ancestral africana como símbolo evidente de resistencia de los esclavos en una original expresión religiosa afro americana, en la empobrecida nación haitiana.
El vudú haitiano se practica, pero es el causante de muchas enfermedades porque sus curaciones son hechas en base a hierbas tomadas de la tierra, mezcladas con chocantes y raros remedios caseros.
Entre los haitianos, cultos o no, existe la creencia de la existencia de los denominados Zombis conocidos popularmente como caminantes o cadáveres reanimados.
En 1997 la revista The Lancet publicó una investigación de tres auténticos zombis haitianos.
La controvertida investigación fue llevada a cabo por el antropólogo británico Roland Littlewood y el médico Chavannes Douyon, quienes estudiaron a tres individuos identificados como zombis después de que aparentemente habían fallecido.
La explicación haitiana de cómo se crean los zombis implica la distinción entre los diferentes elementos del ser humano, incluyendo el cuerpo, el Gwo Bon Anj (el principio vital) y la Ti Bon Anj (que representa algo parecido a la conciencia y la memoria).
Basados en estas creencias, los haitianos consideran que la conciencia y la memoria de la persona pueden ser escindidas del ser humano, pudiendo ser capturadas y almacenados por un Boko, un tipo de mago espiritual con el único objetivo de maldecir o ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos de una manera no muy ética. Entonces, ¿los zombis existen?
Todo el mundo ha escuchado hablar o conoce de la existencia de los zombis principalmente por la ficción, pero para muchas personas, tanto en Haití como en otros lugares del mundo, los zombis son muy reales.
Se nos dice, pero yo no lo creo, que la realidad es que no son una simple tontería, sino que son algo que debe ser tomado muy en serio. La creencia en la magia y la brujería está muy extendida en todo Haití y el Caribe, a menudo en forma de religiones como el vudú y la santería.
Señalan los haitianos, que los zombis son personas traídas de vuelta de entre los muertos (y a veces controladas) a través de medios mágicos por parte de sacerdotes de vudú llamados Houngan.
A veces, la zombificación es realzada como castigo (inculcando el miedo en aquellos que creían que podían ser objeto de abusos, incluso después de la muerte), pero en ocasiones los zombis han sido utilizados como mano de obra esclava en granjas y plantaciones de caña de azúcar.
En 1980, un enfermo mental, incluso afirmó que había sido mantenido cautivo como trabajador zombi durante dos décadas.
Durante décadas los occidentales consideraron a los zombis como monstruos de películas de ficción, pero en la década de 1980 la verdad se dio a conocer a la opinión pública cuando un científico llamado Wade Davis afirmó haber encontrado un polvo que podría crear zombis, lo que proporcionó una base científica para las historias de zombis.
Davis no cree en la magia vudú, pero él creía que había encontrado algo que podría envenenar a las víctimas en un estado de zombificación: una potente neurotoxina llamada tetrodotoxina, que se puede encontrar en varios animales, incluyendo el pez globo.
Davis afirmó que se había infiltrado en las sociedades secretas de bokors (brujos para hacer el mal) y obtuvo varias muestras del polvo zombi, que luego fueron analizadas químicamente.
Davis escribió un libro sobre el tema titulado “La serpiente y el arco iris”, que más tarde fue llevada al cine por el maestro del terror y el suspense Wes Creaven. Durante un tiempo, Davis fue ampliamente reconocido como el hombre que había resuelto científicamente el misterio de zombis.
No obstante las afirmaciones de Davis fueron más tarde cuestionadas por los científicos escépticos que consideraban sus métodos como poco científicos, señalando que las muestras del polvo zombi que proporcionó no eran válidas, y que las cantidades de la neurotoxina que figuran en esas muestras no eran lo suficientemente altas para crear zombis.
Además, las dosis utilizadas por los bokors que son brujos que usan su poder para el mal, tendrían que ser exactas, ya que en demasiada cantidad la toxina podría fácilmente matar a una persona. Entonces, muchos expertos en la magia haitiana señalaron que además del polvo para crear zombis, también era necesario la magia utilizada por los brujos, una combinación esencial para los zombis, que según los principios del vudú, una persona muerta puede ser revivida por un bokor o hechicero.
Los zombis en ese caso, permanecen bajo el control del bokor ya que no tienen voluntad propia.
Pero aparte de la teoría científica también existe la creencia de la existencia del zombi astral, que una parte del alma humana es capturada por un bokor y es utilizada para mejorar su poder espiritual.
La creencia se basa en controlar el alma de la persona obligada a realizar diversas tareas. El zombi astral por lo general se mantiene dentro de una botella o en el interior de un cráneo. Estos elementos pueden venderse a sus clientes para la suerte, la curación o el éxito en sus negocios. Se cree que después de un tiempo el alma regresa, por lo que el zombi es uno, considerado como una entidad espiritual temporal.
También se dice en la leyenda vudú, que la sal puede hacer volver al zombi a la tumba, ya que la sal y los zombis, según el folclore haitiano, vuelve al zombi sus sentidos. A menudo, el zombi ataca el bokor que lo creó o vuelve a su lugar de enterramiento y muere.
Entonces la pregunta sería: ¿el fenómeno zombi es debido a una composición química o se trata de un fenómeno más allá del racional? La respuesta la podríamos encontrar en el comportamiento de los zombis reales en Haití. Un respetado médico haitiano, usó la tecnología médica sofisticada, como la tomografía computarizada, para examinar a un hombre que se creía que había sido zombificado.
El descubrió ciertos daños en partes del cerebro, privado de un suministro adecuado de oxígeno, en otras palabras, se comportaba como si su alma hubiese sido arrebatada. Como siempre cada uno tendrá su propia opinión sobre el fenómeno zombi, pero lo que muchos haitianos creen, que lo cierto es, que existen realmente.
El zombi, según los haitianos, come, respira, excreta, oye e incluso habla, pero no recuerda nada de su vida anterior y no comprende nada de su propia condición actual. Se le reconoce al caminar dando bandazos, realiza las acciones físicas de manera mecánica, tiene una mirada helada y desenfocada, y habla con voz nasal, probablemente debido a la costumbre de taponar las fosas nasales de los cadáveres con algodón.
El vudú ofrece soluciones casi para cualquier problema desde un compañero infiel, robo de ganado, salud, venganza, etc. La magia vudú se basa en hierbas mezcladas como: la Serapia para la suerte, las apuestas y cumplir deseos; Tierra de Panteón para las maldiciones; polvo de arcilla roja para protección; huesos de pene de mapache para la virilidad y huesos de gato negro para la fuerza.
Pero la hierba más popular es la raíz de Conquistador, y se acostumbra prepararla para uso mágico y llevarla en el bolsillo en una bolsa como amuleto.
Estos señores haitianos disfrutan de recetas para supuestamente atraer el dinero: Envuelva un billete con raíz de Conquistador y guardelo en el bolsillo; algunas personas utilizan nuez moscada en lugar de la raíz. Entre más alta la denominación del billete más éxito tendrá el hechizo, además el billete debe frotarse en la mano derecha.
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