Las restricciones contra el coronavirus que habían sido levantadas se están volviendo a imponer, cerrando negocios y frenando la vida social de la gente mientras las comunidades tratan de frenar la reaparición de la enfermedad antes de que se descontrole.
Los residentes en la segunda ciudad más grande de Australia fueron advertidos ayer miércoles de que o cumplen el aislamiento decretado o enfrentarán restricciones más duras. Los cinco millones de habitantes de Melbourne y parte de las afueras semirrurales de la ciudad cumplieron una semana de las seis de la cuarentena impuesta para contener un nuevo brote. Victoria reportó 238 nuevos casos, lo que según las autoridades podría indicar una tendencia estabilizadora en el brote de Melbourne.
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