“Los ciudadanos que se dedican a este oficio informal recibirán la oportunidad de trabajar en el Ayuntamiento de así desearlo”, había publicado el ayuntamiento en su cuenta oficial de Twitter. En vez de “limpiavidrios”, el alcalde Abel Martínez ejecutó un programa de respeto a los pasos cebra en las principales calles de la ciudad, en la que tenían como protagonistas a superhéroes de comics y de dibujos animados. Así que mientras esa nueva táctica se ejecutaba, los “exlimpiavidrios” se incorporaban a las direcciones de aseo municipal. Distrito Nacional Dos días después, la Alcaldía del Distrito Nacional también anunció la regulación de los limpiavidrios en las principales avenidas de la capital. A través de sus redes sociales, el ayuntamiento capitalino informó que, mediante un censo, determinaron que existen 50 personas dedicadas a este oficio en las avenidas del Distrito Nacional y que ya habían documentado a 33 de ellas. “Ellos tendrán la oportunidad de aplicar para empleos a largo plazo en la dirección de Aseo Urbano a partir del próximo lunes 17 de julio”, escribió en las redes el alcalde David Collado. Mientras que en el caso de los “limpiavidrios” que tuvieran adicciones, podrían “beneficiarse de un programa de rehabilitación”, según el alcalde David Collado. Ambas medidas fueron apoyadas por el secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD), Johnny Jones, quien favoreció que los ayuntamientos del país realicen acciones para desarrabalizar las ciudades. Robertico El primer “limpiavidrios” en aceptar la propuesta del cabildo de la ciudad para dejar de limpiar vidrios y tener un empleo fue Roberto Yosef Andrés, mejor conocido como “Robertico”. A él lo habían atropellado en varias ocasiones, le habían disparado y también había perdido un hermano en los casi 17 años que estuvo limpiando cristales de vehículos en las principales vías de la ciudad de Santo Domingo. “Viví muchas cosas, fui chocado mientras estaba limpiando cristales; el conductor disparó, pero por suerte no me hizo daño”, expresó. Robertico dijo en aquel momento que su familia le pedía que dejara ese oficio, y aún más después que uno de sus nueve hermanos falleciera tras ser atropellado mientras limpiaba cristales. Esa había sido su peor experiencia. Su hermano tenía 14 años y el conductor del vehículo huyó después del hecho, dejando su cuerpo en el pavimento en la avenida 27 de Febrero. No obstante, el joven que pasó de “limpiavidrios” a miembro de la Policía Municipal del Distrito Nacional, afirmó en aquel momento a la periodista de este medio, Katheryn Luna, que su vida había cambiado y que estaba dispuesto a no estancarse como hizo en ese oficio de limpiar cristales. Actualmente él pertenece a la Policía Municipal donde trabaja en el área de los ascensores del ayuntamiento y aseguró estar agradecido por la oportunidad. Aún así, no todos son como él. Todavía muchos “limpiavidrios” permanecen en las calles dispuestos a morir con la esponja empapada de agua mezclada con shampoo, ante el ardiente sol caribeño y el repudio de los ciudadanos que no quieren ser molestados por nadie en las vías públicas.
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