Durante las siguientes tres semanas en que arrancamos la prueba del Apple Watch en Xataka hemos venido usando este reloj avanzado cada día, acompañándonos en todas nuestras actividades para poder contarte aquí y ahora qué nos parece este producto que supone la entrada de Apple en un mercado llamado a romper en unos años.
Una de las intrigas que me dejó el Apple Watch tras los primeros días con él era si sería capaz de acostumbrarme a llevarlo todo el día puesto. Tras años sin nada en la muñeca más que pulseras cuantificadoras, era un reto importante. Pero todo ha salido bien.
Para la prueba disponía de la pulsera de eslabones de acero y una deportiva negra. Aunque nadie puede discutir la calidad, elegancia (y precio alto) del modelo metálico, el día a día me ha llevado a optar por la corra de goma por dos motivos: no tengo que cambiarla para hacer deporte y es más ligera y cómoda para el día a día.
Pese a un diseño básico y que no tiene excesiva personalidad desde mi punto de vista, el reloj de Apple es fácilmente reconocido por la gente de alrededor. Y curiosea. Sobre el tamaño, después de este mes de uso estoy convencido de que la mejor opción es el modelo grande, el de 42 mm. Y soy un usuario que tengo la muñeca más bien pequeña y fina, así que considero que menos sería insuficiente.
La resistencia en el día a día era otra faceta que quería probar con calma. El Apple Watch ha salido bien parado. El reloj ha sufrido los típicos encontronazos de cualquier reloj, como golpes sin querer en marco de puerta, sobre la mesa, o contra cualquier cosa con la que nuestra mano pueda golpear. Pero tanto marco como pantalla han quedado indemnes. Aunque se trata del modelo de acero y pantalla de zafiro, no cabe pensar que el modelo Sport salga mucho más dañado, aunque hay que tener en cuenta que especialmente la pantalla es menos resistente. A su favor cuenta sin embargo con un precio y peso más adecuados.
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