El cohete Hanbit-Nano, de 21,8 metros de altura y cargado con cinco pequeños satélites que dejaría en órbita, despegó a las 22:13 hora local de este lunes (1:13 GMT del martes) desde el Centro de Lanzamientos de Alcántara, la base espacial operada por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) en el estado amazónico de Maranhao.
La operación fue transmitida en directo por Innospace en las redes sociales y parecía exitosa, pero poco menos de dos minutos después del lanzamiento apareció un mensaje advirtiendo que se había registrado una anomalía y la empresa perdió la señal del cohete.
Pese a las versiones según las cuales el cohete explotó por razones desconocidas y a testigos que dijeron haber escuchado la explosión ni Iannospace ni la FAB aclararon lo ocurrido.
El vehículo fue lanzado este lunes tras cinco aplazamientos, ya que su despegue estaba previsto inicialmente para el 17 de diciembre, y despegó justo en el último día de la llamada ventana de lanzamientos, es decir del período con condiciones ideales para la operación.
Los primeros aplazamientos fueron decididos debido a la detección de problemas técnicos en el cohete, inicialmente en el sistema de refrigeración del oxidante del combustible, y el último, en la tarde de este lunes, obedeció a las malas condiciones meteorológicas.
El Hanbit-Nano, con 20 toneladas de peso, fue diseñado para transportar nanosatélites a la órbita baja de la Tierra, ubicada a una altitud de unos 300 kilómetros.
El cohete surcoreano contaba en su ojiva con ocho cargas útiles, ya que, además de los cinco pequeños satélites, transportaba tres dispositivos experimentales desarrollados por instituciones y empresas de Brasil e India.
Innospace es una startup surcoreana que produce pequeños vehículos lanzadores de satélites y que firmó un contrato para utilizar la base brasileña como plataforma para enviar satélites por encomienda de diferentes países.
El Centro de Lanzamiento de Alcántara está ubicado próximo al océano Atlántico y en una región amazónica de baja densidad demográfica a pocos kilómetros de la línea del Ecuador, condiciones que le permiten ofrecer grandes ventajas a cualquier interesado en colocar satélites en el espacio.
Por su posición geográfica estratégica, a solo 2 grados al sur de la línea del Ecuador y más próxima a la órbita geoestacionaria, la base brasileña garantiza un ahorro de cerca del 30 % en el combustible usado para los lanzamientos.
Brasil por ahora no tiene planes para retomar su proyecto de desarrollar un cohete nacional que pueda ofrecer comercialmente como lanzador de satélites.
El proyecto para la construcción de un Vehículo Lanzador de Satélites fue abandonado en 2015 por problemas financieros, pero ya había recibido una estocada mortal en 2003, cuando la explosión de un cohete construido en el país y que sería lanzado al día siguiente destruyó parte de la base y dejó 21 muertos.






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