La balanza se resiente año tras año. El peso de una vida sedentaria y una alimentación inadecuada, por carencia de alimentos o por alto consumo de los menos aptos, hacen que la población dominicana sea cada vez más gorda.
En menos de 15 años, el país ha pasado de menos de un 25 % de su gente en sobrepeso, a más de un 70 %, según el último sondeo que hicieron las autoridades de Salud en 2021 y que, sin el rigor de un estudio científico, sirve de indicador de la necesidad de accionar frente a un problema que se agrava y acarrea diversos males, siendo la diabetes e hipertensión los más frecuentes.
Con causas documentadas en más de un informe y mucho más las consecuencias, incluso el costo económico del sobrepeso ha sido analizado, al país solo le resta aplicar medidas para que la balanza empiece a declinar.
Pero las acciones recomendadas aún no logran concretarse y República Dominicana vive el fracaso de metas planteadas, pese a la carga millonaria que implica el sobrepeso para el Estado.

Los datos
República Dominicana no logra detener su tendencia a engordar. El informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022”, que realiza la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indica que República Dominicana pasó de un 24.5 % de su población adulta (mayores de 18 años) con obesidad en 2012, a un 27.9 % en 2016, más de tres puntos porcentuales.
Para el mismo periodo, la región de América Latina y el Caribe tuvo un ritmo de crecimiento menor al pasar del 22.2 % al 24.2 %, en el mismo renglón.
Sin embargo, durante la “Primera jornada nacional de hipertensión arterial: prevención de diabetes y obesidad”, que realizó el Ministerio de Salud Pública en los meses de mayo y junio de 2021, se encontró un porcentaje de obesidad de 33.6%.
La jornada la realizaron en 100 puntos a nivel nacional y abarcó un total de 7,949 personas, a las que se les hizo registro sobre su índice de masa corporal, hábitos de salud y antecedentes de enfermedades.
Para el caso específico de masa corporal, se tomaron datos de 6,514 adultos, de los que el 36.5 % tenía sobrepeso. Ese porcentaje, sumado al 33.6 % que estaba en obesidad, lleva a un 70.1% del total en sobrepeso-obesidad.
En la jornada también se encontró que el 36.1 % sufre de hipertensión, el 14.2 % de diabetes y 11.4 % de colesterol elevado.
Nelson Martínez, director de Investigación de Salud Pública, explica que, si bien la jornada no tiene el rigor de un estudio, sí es un buen indicador de lo que ocurre en toda la población.
Dice que a esas jornadas acude, mayormente, gente con algún padecimiento, pero también van personas que no tienen una condición y que solo quieren evaluarse. Eso, más el hecho de que sea a nivel nacional y de que algunos de los resultados se asemejen a los de otros estudios realizados en el país, le llevan a valorar el aporte de los datos como muy aproximados a la realidad.
Además, lo “alarmante de los datos encontrados”, los mueve a planificar un estudio nacional y ya tienen previsto realizar este año una Encuesta Nacional de Salud, que medirá con más rigor el sobrepeso.
La obesidad en adultos está aumentando en todas las regiones, asegura la FAO. A nivel mundial pasó de 11.8 % en 2012 a 13.1 % en 2016. En números enteros, pasó de 343,1 millones en 2000 a unos 675,7 millones en 2016.

Niños mal alimentados y sedentarios
El sobrepeso también se está manifestando con tendencia al alza en la niñez. El “Estudio sobre el estado nutricional de los escolares beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar en la República Dominicana en el Año escolar 2021-2022”, realizado por Salud Pública en colaboración con el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie), encontró que el 31 % de esa población tenía sobrepeso.
También reflejó factores preocupantes para los especialistas de la salud, pues solo el 6.1% de los estudiantes consultados realiza el ejercicio físico sugerido (una hora diaria) por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 44.61% de ellos tiene una calidad de la dieta poco saludable, mientras otro 55.35 % debe hacer cambios (mejorar) en su dieta.
El documento plantea que “la frecuencia de consumo ideal para cereales, verduras, frutas y leche es diaria”, pero el estudio determinó que solo el 33.7% tiene una ingesta diaria de cereales, 9.9% en verduras, 17.6% frutas y 30.5% leche. En cambio, aunque lo ideal es que no haya consumo de dulces, embutidos y refrescos, los hallazgos muestran que el 22.1 % ingiere embutidos a diario y el 41. 6 % lo hace tres veces o más por semana; el 24.8 consume refrescos a diario y el 25.2 % tres veces o más a la semana. Dulces diariamente lo consume el 26.9%.
Para el estudio, primero en el país para esa población, se seleccionaron 53 centros educativos y abarcó a 6,826 estudiantes (54.9 % femeninas), entre 5 y 18 años.
Entre los menores de cinco años, la situación de sobrepeso se refleja en los datos que compila la FAO. Para 2012, el porcentaje de niños y niñas menores de cinco años con sobrepeso era de 7.8 y en 2020 de 7.6.
Fracaso en metas nacionales
Las cifras nacionales del sobrepeso muestran el fracaso de algunas metas planteadas en el Plan Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional 2019-2022, que se fijó lograr al 2022, una prevalencia de sobrepeso en la población adulta, mayores de 18 años, de 28.0 % y que el sobrepeso y obesidad en menores de 5 años fuese de 7.3 %.
Dicho Plan, que expone la preocupación gubernamental por el aumento de libras en la población, parte, entre otras cosas y más allá de la disponibilidad y acceso a los alimentos, de que la seguridad alimentaria y nutricional aboga también por la forma adecuada en que el cuerpo aprovecha los diversos nutrientes presentes en los alimentos.
Entre sus pilares, plantea no solo la insuficiencia alimentaria que genera desnutrición, sino “la ingesta inadecuada de alimentos con alto contenido de azúcar, grasa y sal, lo que ocasiona problemas nutricionales distintos a la desnutrición, como es el sobrepeso y la obesidad”.
Por eso pone entre sus múltiples estrategias de acción la información y educación alimentaria integral a todos los niveles, con el objetivo de desarrollar conocimientos y capacidades en los actores nacionales y locales en los temas de alimentación y nutrición, que promuevan la actividad física y hábitos alimenticios saludables.
También el incluir la temática en el currículo educativo e implementar una política de alimentación escolar sostenible que promueva la inclusión de alimentos frescos, saludables e inocuos.
Regular el mercado
Controlar el sobrepeso requerirá otras políticas nacionales que vayan más allá de la capacitación.
En 2019, la Organización Panamericana de la Salud, el Gobierno de Japón y el Banco Mundial realizaron el estudio “El impacto del precio en el consumo de bebidas azucaradas en la República Dominicana”, en el que plantea lo deseable que sería gravar las bebidas azucaradas en el país.
Parte de que “la evidencia científica acerca de los efectos nocivos que tiene el consumo de bebidas azucaradas para la salud humana es cada vez mayor y menos controvertible. En el caso de la República Dominicana, el consumo de bebidas azucaradas por habitante coincide con un aumento importante en la prevalencia de obesidad y sobrepeso, tanto en niños como adultos”.
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