Con alaridos, lágrimas y abrazos de consuelo, los familiares de Wilson Leoncio Bergal y Yanet Valdez Javier, la pareja asesinada a balazos la noche del jueves en una plaza residencial en Pantoja, aguardaban por recibir los cuerpos sin vida de sus parientes frente a la puerta de la oficina del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), ubicada en el cementerio Cristo Redentor de la capital.
Una sobrina y una hermana de Wilson se abrazaban y miraban al cielo como buscando una respuesta a sus múltiples preguntas, entre ellas ¿quién pudo haber hecho algo así?
El dolor no las dejaba hablar, ni decir sus nombres. Se limitaban a asentir con la cabeza y a caminar en círculos por la fachada del lugar, haciéndoles compañía a las palomas que revoloteaban.
En medio del silencio que se rompía por el llanto de los familiares, Juan Nieves Javier, tío de Yanet, habló y explicó que según sus averiguaciones la pareja había salido a cenar esa trágica noche. “Él estaba impuesto a salir con su esposa a cenar”, dijo.
Nieves Javier declaró que se enteró de la muerte de su sobrina y su esposo por un hermano suyo y las noticias difundidas por los medios en redes sociales.
“Es un caso que nos agarró por sorpresa, porque él no es hombre de andar por aquí”, se refirió al lugar donde ocurrió el hecho, en vista de que la pareja residía en el kilómetro 20 de la carretera de Yamasá con sus hijas.
Visita extraña
“Yo diría que alguien lo llamó para estar con un amigo y lo metió por ahí para que lo mataran. Él no está impuesto a andar por esos montes. Yo por eso me sorprendí”, añadió.
Describieron a Wilson como un hombre “tranquilo y trabajador” que “no tenía nada con nadie”. Incluso mencionaron que andaba con una pistola “que ni se enganchaba”, porque la dejaba en su vehículo la mayoría del tiempo.
Rastros
Ayer en la mañana una señora limpiaba con una escoba y abundante agua los rastros de sangre dejados por el cuerpo abatido de Wilson.
Del otro lado, la huella del asesinato de Yanet todavía estaba marcada en el estacionamiento de la plaza comercial en el residencial Carmen Renata III.
CLAVES
Cámaras.
Según grabaciones de la cámara de seguridad del colmado Navidad, adonde iba Wilson antes de ser baleado, el hecho ocurrió a las 10:55 P.M. cuando la mayoría de locales estaban cerrados.
Testigo.
“Se oyeron más de 10 disparos. Primero fueron dos y luego se oyeron más, tra tra tra”, relató Salvador Castillo, quien despacha pedidos en “La Fortuna”.
Atacantes.
Según otros testigos, los desconocidos, a quienes “nadie les vio la cara” a pesar de sólo contar con una gorra que les cubría la cabeza, primero le dispararon a Wilson y luego fueron a la jeepeta a asesinar a Yanet.
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