“¿Por qué me quieren matar? A Minerva y a Emely las mataron y nadie hizo nada”.
Con la cara y ropa ensangrentadas, zapatos en manos y la angustia más desoladora ocupando todo su semblante, María Sufrida llenó ayer con gritos desgarradores de impotencia y dolor el centro de Santo Domingo.
Tendida primero en la columna del elevado de la 27 de Febrero con Máximo Gómez, frente a la entrada del Metro de Santo Domingo, y luego en la acera de la 27 porque los agentes del Metro la botaron de la columna, mostraba carteles y lloraba poniéndose en la piel de las mujeres víctimas de violencia de género.
Tendida primero en la columna del elevado de la 27 de Febrero con Máximo Gómez, frente a la entrada del Metro de Santo Domingo, y luego en la acera de la 27 porque los agentes del Metro la botaron de la columna, mostraba carteles y lloraba poniéndose en la piel de las mujeres víctimas de violencia de género.
Mucha gente se acercó a conocer y escuchar al personaje que interpreta el comunicador, actor de teatro y artista plástico Jhoan Pantaleón desde hace 15 años en cualquier escenario que le permita decirle al mundo que paren ya el maltrato hacia la mujer.

En esta ocasión salió a la calle para rendir tributo a cinco víctimas de violencia.
“Es 8 de marzo y en mi país se llevan a cabo muchas actividades por el día Internacional de la Mujer. Miguelina Martínez hoy no está para celebrarlo, ni Ingrid María González, Marisol Martínez, Jacqueline Colón Peña y Emely Peguero. Tampoco estarán para distraerse entre conciertos, fiestas y reconocimientos. Hoy no podemos reírnos ni aplaudir a las tantas protagonistas de esta problemática que solo se conocen el 8 de marzo y un 25 de noviembre”, decía.
Su intervención provocó todo tipo de reacciones entre el público.
“Muy bien el mensaje –dijo una mujer que pasaba–, pero ¿por qué tiene que hacerlo un hombre y no una mujer?”. “Fácil –le respondió otra mujer que le acompañaba–: porque a las mujeres no nos hacen caso”.

Para el actor, la respuesta es también muy simple. “Alguien tiene que empezar, lo mismo que se ha estado haciendo desde hace tiempo con la diferencia de hacerlo de corazón, con un sentido y compromiso real, leal y sin descanso. Para ser hombre hay que ponerse en los pies de una mujer. Trabajo el tema desde mi naturaleza, hombre..., y desde lo que soy: un comunicador, artista plástico y un actor de teatro.
“Muy bien el mensaje –dijo una mujer que pasaba–, pero ¿por qué tiene que hacerlo un hombre y no una mujer?”. “Fácil –le respondió otra mujer que le acompañaba–: porque a las mujeres no nos hacen caso”.

Para el actor, la respuesta es también muy simple. “Alguien tiene que empezar, lo mismo que se ha estado haciendo desde hace tiempo con la diferencia de hacerlo de corazón, con un sentido y compromiso real, leal y sin descanso. Para ser hombre hay que ponerse en los pies de una mujer. Trabajo el tema desde mi naturaleza, hombre..., y desde lo que soy: un comunicador, artista plástico y un actor de teatro.
Y agrega: “Me han señalado que si soy gay, que si fui violado, que si quiero llamar la atención, que si esto, que si lo otro... Pero realmente lo que sí puedo asegurar es que soy como tú. Es un trabajo muy responsable, un trabajo duro, con muchas horas de preparación y sacrificio”.
Lo bello de interpretar este personaje, le dice a Listín Diario, es que al final la gente no encuentra cómo darle las gracias y solo admite que “lloré, lloré”.
Le dicen: A mí me pasó lo mismo; yo hacía tal cosa igual que María.
“Y justo cuando esto pasa es que dices Vale la pena. Se identifican, se miran y se ponen la ropa del personaje... ¡Es cuando comprendes que el mensaje llega!”

“Fui pisada, herida, marcada, señalada, escupida y nadie hizo nada. Pero ¿quién pudo ser tan ciego para chocar de frente contra un fuego ajeno que no tiene por qué quemar un cuerpo que no le pertenece? Es una guerra perdida que yo –solo- yo viví. Canté, lloré, di a luz y todo lo mejor de mí... Mientras tuve aliento me despojaron lentamente y como por arte de magia me desaparecieron con dolor y sangre, pero hoy solo me lloran mis hijos, porque fui una más... que engrosa la lista”.
Así hablaba Jhoan mientras encarnaba el personaje de María Sufrida en las afueras del Metro de Santo Domingo, de donde un agente de seguridad la hizo mover “por mostrar letreros que exigen un mejor trato y que buscan erradicar la violencia de género e intrafamiliar”.
Lo bello de interpretar este personaje, le dice a Listín Diario, es que al final la gente no encuentra cómo darle las gracias y solo admite que “lloré, lloré”.
Le dicen: A mí me pasó lo mismo; yo hacía tal cosa igual que María.
“Y justo cuando esto pasa es que dices Vale la pena. Se identifican, se miran y se ponen la ropa del personaje... ¡Es cuando comprendes que el mensaje llega!”

“Fui pisada, herida, marcada, señalada, escupida y nadie hizo nada. Pero ¿quién pudo ser tan ciego para chocar de frente contra un fuego ajeno que no tiene por qué quemar un cuerpo que no le pertenece? Es una guerra perdida que yo –solo- yo viví. Canté, lloré, di a luz y todo lo mejor de mí... Mientras tuve aliento me despojaron lentamente y como por arte de magia me desaparecieron con dolor y sangre, pero hoy solo me lloran mis hijos, porque fui una más... que engrosa la lista”.
Así hablaba Jhoan mientras encarnaba el personaje de María Sufrida en las afueras del Metro de Santo Domingo, de donde un agente de seguridad la hizo mover “por mostrar letreros que exigen un mejor trato y que buscan erradicar la violencia de género e intrafamiliar”.
CONTARÁ LA VIDA DE MARÍA SUFRIDA EN EL CINE
El personaje nació una tarde de 2006, tras la muerte de una amiga y compañera de trabajo suya en manos de su pareja, “una muerte que me divide una vez más en un antes y un después. No tuve nunca la forma de decirle adiós”.
Junto a una amiga periodista escribió entonces María Sufrida, su primer monólogo, que cuenta justamente la historia de su amiga asesinada.
“El personaje lleva el nombre María porque es genérico. Toda mujer es María cuando es virgen, y Virgen es igual a María. ¡Es pureza, es amor, vida! El personaje se quedó y se volvió popular. Ya hasta me preguntan por María, que cómo está, sonríe Jhoan.
“El personaje lleva el nombre María porque es genérico. Toda mujer es María cuando es virgen, y Virgen es igual a María. ¡Es pureza, es amor, vida! El personaje se quedó y se volvió popular. Ya hasta me preguntan por María, que cómo está, sonríe Jhoan.

Añade que sigue ensayando, estudiando el personaje y la problemática.
“Estamos trabajando muy duro para darles un producto maravilloso a todos con el cual aflorarán sus más guardados sentimientos y se sensibilizará el más duro y recio de los agresores. Ahora en la pantalla grande, una producción nuestra bajo la dirección de Lorena Reyes Loreto Films”.
Más del monólogo de ayer de María Sufrida en las afueras del Metro
“Porque Miguelina estuvo 16 veces en la Fiscalía, porque quiso vivir por amor y agradecimiento a un Dios de Luz y Alegría y un sistema de justicia no la dejó. Pues es más fácil y bonito decir: ‘Descuida, todo está bien, no pasará nada y ve a tu casa. Nos llamas’. Cómo me dolió ver a su padre llorar desconsoladamente y su madre con amargo luto en su mirada. Me desgarró mirar cuatro ángeles marcados con un ‘Qué pasó’. Que se criaran a la suerte, mendigando amor, sin poder exigir que lo abracen si sienten frío. ‘Mamá nunca más estará aquí porque papá la mató!
En luto total mi alma no porque soy una mártir más, ni porque me tienen en las estadísticas, sino porque en mi país cada día seguirán ocurriendo estos hechos. Las cifras aumentan descontroladamente. Más niños quedan en la intemperie, más padres quedaran desconsolados, pero lo peor es que muchos y muchas serán más ricos y famosos gracias a nuestra desgracia, a la desgracia ajena por la inconsciencia, el machismo, la ambición y el egoísmo, que siguen aquí latentes en mi tierra sin que nadie haga nada. 8 de marzo es cada amanecer, es cada hora y no lo queremos asumir.
¿Qué ganamos con callar y vivir estatus de infelicidad y violencia? Ya no quiero más escándalos, más golpes, no más traiciones. Solo dime si me puedes querer, si me puedes amar... y estoy segura que seremos una sociedad más feliz.
¡A denunciar, a luchar, mujeres, porque somos luz de amor, alegría, y somos antes que nada vida!“
En luto total mi alma no porque soy una mártir más, ni porque me tienen en las estadísticas, sino porque en mi país cada día seguirán ocurriendo estos hechos. Las cifras aumentan descontroladamente. Más niños quedan en la intemperie, más padres quedaran desconsolados, pero lo peor es que muchos y muchas serán más ricos y famosos gracias a nuestra desgracia, a la desgracia ajena por la inconsciencia, el machismo, la ambición y el egoísmo, que siguen aquí latentes en mi tierra sin que nadie haga nada. 8 de marzo es cada amanecer, es cada hora y no lo queremos asumir.
¿Qué ganamos con callar y vivir estatus de infelicidad y violencia? Ya no quiero más escándalos, más golpes, no más traiciones. Solo dime si me puedes querer, si me puedes amar... y estoy segura que seremos una sociedad más feliz.
¡A denunciar, a luchar, mujeres, porque somos luz de amor, alegría, y somos antes que nada vida!“

Jhoan es actor de teatro, comunicador y artista plástico. Interpreta el personaje de María Sufrida desde 2006.
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