Iglesia reclama Estado propicie madres vivan con la dignidad que Dios las creó

SANTIAGO.- El Estado dominicano debe propiciar las condiciones necesarias que permitan a cada madre, las que celebran este domingo su día, vivir con la dignidad que Dios las creó, el cual es el mayor deseo para esta fecha tan sublime, plantea el editorial del semanario católico Camino. 

  

Los religiosos resaltan, que al celebrar este domingo el Día de las Madres, el mejor regalo que como hijos podemos llevar a sus brazos, es actuar apegados a los valores que nos inculcaron”. 

  

El medio informativo que inicia su circulación cada domingo, entiende que se debe luchar para que las madres siempre estén orgullosas de nuestros actos, y que nunca tengan que sufrir la tristeza y amargura de vernos por caminos equivocados, que se convierte en su mayor dolor. 

  

“Y como pueblo dominicano, el mejor obsequio que podemos entregarles, es fomentar un clima de respeto y paz en donde ninguna madre tenga que ver sus mejillas inundadas de lágrimas para siempre, porque la inseguridad ciudadana y la delincuencia le arrebataron de sus manos la prenda más preciada, el hijo de sus entrañas”, clama la Iglesia Católica dominicana.  

 “Que jamás veamos la escena deprimente de madres mendigando por las calles el pan que esperan sus hijos en un hogar repleto de miseria y soledad”, pide.   

Para esta importante fecha, Camino agrega, “Madre dominicana, feliz día y que nunca enjaulemos en el breve espacio de mayo el afecto hacia ti. Nuestro amor debe ser por siempre”. 

    

Rememora un trozo del acariciante cántico del himno a las progenitoras, salido de la creación de la dominicana Trina de Moya, “venid los moradores del campo y la ciudad, entonemos un himno de intenso amor filial, y cantemos de las madres su ternura y su afán y su noble atributo de abnegación sin par”. 

    

La Iglesia Católica considera, que en él himno, se refleja el amor y ternura a un ser que nos muestra el sentimiento más profundo y parecido al de Dios. Decimos mamá al comenzar a balbucear las primeras palabras, y ya en el ocaso de nuestra existencia, cuando estamos entre la vida y la muerte, volvemos con suspiros a pronunciar las cuatro letras que nos traen la calma y la paz al entregar nuestra alma al Creador, termina el editorial del semanario Camino.

POR HILARIÓN ISALGUÉZ