Nueva York se libró de lo peor, pero el temporal que azota Estados Unidos ha dejado ciudades semienterradas por hasta más de 80 centímetros de nieve en Nueva Inglaterra, en el noreste del país.
La tormenta invernal Juno, que todavía mantiene en alerta a siete estados, dejó también vientos huracanados de hasta 125 kilómetros por hora, cerca de 8.000 vuelos cancelados y colegios, negocios y oficinas gubernamentales cerrados.
Uno de los estados más afectados fue Massachusetts, donde miles de personas se quedaron sin energía eléctrica.
Sólo en la isla de Nantucket, la mayoría de los 12.000 vecinos fueron afectados por cortes de luz y del servicio telefónico.
En otras ciudades, como Marshfield, también en Massachusetts, el fuerte oleaje obligó a los vecinos de la zona costera a desalojar sus casas y provocó serios daños en muchas viviendas.
Los efectos de la tormenta se están sintiendo desde Nueva Jersey hasta el estado de Maine y paralizaron buena parte del noreste de EE.UU. y zonas de Canadá.
“Esquivamos la bala”
Pero, en algunas zonas, la tormenta, que según habían previsto los meteorólogos dejaría cantidades de nieve “paralizantes”, no fue tan dura como se esperaba.
“Esquivamos la bala”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en una rueda de prensa en la que defendió el plan de contigencia puesto en marcha por su oficina frente a quienes criticaron que fue exagerado.
El lunes, la población hizo caso a la advertencia de las autoridades y se dirigió temprano a la seguridad de sus hogares.
Los teatros suspendieron sus presentaciones y, por primera vez, se cerró todo el transporte público en la Gran Manzana.
“Este es un mejor escenario que el de tener que pedir perdón”, le dijo de Blasio a la cadena estadounidense CNN. “Hicimos lo que teníamos que hacer para que todo el mundo estuviera seguro”.
Su ciudad se despertó este martes cubierta por un manto blanco mucho menos espeso de lo que se había previsto.
Y después de que los meteorólogos rebajasen sus predicciones de la dimensión de la tormenta, las autoridades levantaron la prohibición de viajes en la ciudad.
Además de Nueva York, el lunes, las autoridades habían decretaron el estado de emergencia en los estados de Nueva Jersey, Rhode Island, Nueva Hampshire, Connecticut y Massachusetts.
Todavía existe la posibilidad de vientos huracanados de hasta 120 kilómetros afectando las zonas costeras, según el Servicio Meterológico, conforme la tormenta avanza por la costa de Nueva Inglaterra hacia Canadá.
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