Más de 25 congresistas demócratas enviaron una carta al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, para demandarle que remueva el gravamen del plan presupuestario y fiscal que impulsa el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, y que la Cámara Baja debate esta semana.
El presidente del CHC, Adriano Espaillat, denunció en un pronunciamiento que «la propuesta no es más que un ataque directo a las familias inmigrantes».
“Fiscalizar las remesas – ayudas que apoyan alimentación, albergue y educación de sus beneficiarios – es discriminatorio, económicamente peligroso y moralmente indefendible. Va en contra de los valores americanos y sienta un precedente peligroso», manifestó Espaillat, quien representa a Nueva York y es de origen dominicano.
La iniciativa aplicaría un gravamen del 5 % a las remesas transferidas desde EE.UU. al exterior, lo que impactaría a países como México, República Dominicana, El Salvador, Honduras y Haití, pues tan solo en estos últimos tres países estos envíos representan el 30 % de los ingresos nacionales, según el CHC.
Los demócratas consideraron la medida «discriminatoria» porque los estadounidenses estarán exentos del impuesto, que afectaría a más de 40 millones de personas, incluyendo a residentes con ‘green card’ y otros portadores de visados de no inmigrantes.
El CHC apuntó que «el rechazo ya se ha hecho sentir», al señalar a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien ya denunció que el impuesto incumple un tratado vigente desde 1994 para evitar la doble tributación entre Estados Unidos y México, que recibió un récord de casi 65.000 millones de dólares en remesas en 2024.
Por ello, los congresistas señalaron que el impuesto «dañaría de gravedad» las relaciones diplomáticas y económicas de Estados Unidos, «en especial con aquellas naciones que dependen fuertemente de las remesas para sostener sus economías».
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