Impacto en los pasajeros
La suspensión de vuelos generó caos en los terminales. Pasajeros enfrentaron largas filas en los controles de seguridad y mostradores de información, mientras el personal, que no ha recibido salario durante más de un mes, intentaba atender la creciente demanda.
Muchos viajeros tuvieron que reconfigurar sus trayectos, considerando rutas alternas o alquilando vehículos para llegar a su destino. Las aerolíneas, conscientes del impacto, flexibilizaron políticas de cambio y reembolso, permitiendo modificaciones sin penalización, aunque los gastos de alojamiento y alimentación solo se cubren cuando la cancelación es atribuible directamente a la aerolínea.
En aeropuertos como Houston, Atlanta y Nueva York, los pasajeros relataron filas interminables y aglomeraciones en los controles de seguridad. La FAA señaló que la reducción busca aliviar la presión sobre los controladores aéreos, cuyo ausentismo ha alcanzado niveles récord debido al agotamiento y la falta de remuneración.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, responsabilizó a los demócratas por bloquear la reactivación del financiamiento federal. Mientras tanto, el Senado intentaba aprobar nuevamente una ley de asignación temporal de fondos, aunque las previsiones apuntaban a un nuevo fracaso.
Analistas advierten que, incluso si se supera el cierre, la normalización total de los vuelos podría tardar varios días, afectando a cientos de miles de pasajeros durante la temporada alta.

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