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domingo, 5 de julio de 2020

Crisis electoral y los tres comicios presidenciales de la década de los 90

Javier Flores
Santo Domingo, RD
A las 7 de la mañana de este domingo están pautadas a comenzar una de las elecciones presidenciales y congresionales más interesantes de los últimos 20 años de historia política en la República Dominicana.

Con dos fuerzas políticas apostando y proclamando un triunfo en primera vuelta y una tercera asegurando la necesidad de una segunda ronda, los dominicanos van a las urnas en las que pueden ser las elecciones más cerradas desde 1996, hace ya 24 años.
Esas elecciones del 1996, fueron las últimas de las tres contiendas presidenciales de la década de los 90, en las todas dejaron marcas debido a las circunstancias en las que se celebraron.
Entre 1990 y 1996 las crisis post electorales estuvieron a la orden del día, con dos líderes polticos luchando por ascender al poder mientras el otro se empleaba a fondo para mantenerse en él. Lo cuál culminaba con el último "pase de antorcha" política de una generación a otra.
Balaguer derrumbó a Bosch
En un ambiente caracterizado por fuertes insultos, denuncias de fraude y una aguda crisis económica, de acuerdo a los escritos del desaparecido vespertino Ultima Hora, se desarrollaron los comicios de  1990, que dieron una dudosa victoria al oficialista Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), con Joaquin Balaguer frente a un Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Juan Bosch, que incluso llegó a proclamarse como ganador lo cual hizo que denunciara que en su contra se había cometido un “fraude colosal”.
La edición del 17 de mayo del 90 de ese vespertino señala varias publicaciones en las que tanto el PLD y el PRSC se declaraban ganadores teniendo como sustento su propio conteo de actas realizado en sus distintos comandos de campañas.
El entonces jefe de campaña del PLD, Félix Jiménez, realizó una rueda de prensa a tempranas horas del 17 de mayo acompañado del secretario de prensa, Leonel Fernández y del encargado de Cómputos, Víctor Grimaldi, para asegurar que los sus conteos les otorgaban 477,440 votos contra 442,598 del PRSC y 306, 866 del PRD. 
El boletín no. 10 emitido el 17 de mayo marcó el inicio de la crisis post electoral al mostrar a Balaguer por encima de Bosch. Con los resultados de ese boletín, el PRSC se proclamó ganador y al otro día Bosch denunció que se había cometido un fraude electoral y de inmediato hizo un llamado al pueblo a lanzarse a las calles para protestar porque, según afirmó, las irregularidades se hicieron en  la Junta Central en complicidad con el Gobierno de Balaguer.
En un comunicado, el PRSC respondió al PLD llamando a la unidad y la concordia señalando que quienes no tienen la razón siempre apelan a violencia.
El entonces presidente de la JCE, Froilán Tavárez, declaró a Joaquín Balaguer ganador de los comicios con 669,073 sufragios frente a 647,369 de Bosch. 
Observadores internacionales aseguraron que no hubo fraude
Jimmy Carter, expresidente de los Estados Unidos, fungió como observador de estos comicios y emitió un documento sobre el proceso electoral en el que afirmó que, pese a que algunos aspectos de los comicios fueron defectuosos,  la delegación de observadores no tuvo evidencia de que esas irregularidades invalidaran  la victoria del  candidato reformista Joaquín Balaguer.      
Ante estás declaraciones, el PLD no tuvo opción más que reconocer los resultados de la JCE.
Es bien documentado en los escritos en los medios de comunicación de esa época que Bosch había rechazado el apoyo de Peña Gómez para las elecciones presidenciales. Posteriormente el líder perredista quedaría en un tercer lugar, con la cantidad de votos suficientes que habrían permitido que el primero alcanzará la presidencia.

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