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jueves, 7 de marzo de 2019

El corazón de Amahia ya no late tan acelerado tras cirugía

Al tocar el cicatrizado pecho de la bebé Litzy Amahia, justo donde está su corazón, ya no se sienten los latidos acelerados que la hacían que se sofocara con frecuencia y que llorara desesperadamente. Al contrario, sus signos vitales son tan normales como los de cualquier pequeño de su edad.

Pasó de ser una niña con un aspecto físico débil, a tener un cambio esperanzador para su madre Marcia de los Santos. Su peso aumentó de 13 libras a 21 en menos de dos meses, tiene sus primeros dientes, su capacidad de intuir el peligro se desarrolló y lo más importante: su cardiopatía congénita desapareció.
La mejoría es el resultado de una intervención quirúrgica de seis horas realizada en el Hospital Health City de Islas Caimán, donde Litzy, dos días antes de cumplir su primer año el 16 de enero de 2018, renació.  
“Ella reacciona al peligro ahora y busca alternativas. Ella se deslizó del coche, pero ella se agarró. Antes no tenía esa capacidad de reaccionar, no sé cómo su cerebro no se afectó pero era uno de mis miedos mayores”, comenta la madre en su vivienda. Después de unos 30 días en el centro médico extranjero, donde viajó al recaudar 44,000 dólares, solo tiene que tomar medicamentos tres veces al día por al menos seis semanas cuando una doctora dominicana determine si Litzy no necesita más tratamientos.
“Si a las seis u ocho semanas la doctora determina que no necesita más medicamentos como es previsto después de esta cirugía tendrá chequeos rutinarios que irán de cada seis meses o anuales”, dice.

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