El mes de diciembre no ha llegado a la mitad y en solo tres días la República Dominicana ha perdido al menos seis personas productivas y tiene otras decenas heridas, algunas con lesiones permanentes.
Las causa son los accidentes viales que no dan tregua, en un país con solo 44 mil kilómetros cuadrados y unos diez millones de habitantes, que ocupa uno de los primeros lugares en el mundo con más accidentes de tránsito, según las estadísticas de la Oficina Panamericana de la Salud.
Las navidades que debe ser festividades familiares, religiosas y demás, se tiñen de rojo con la sangre dejada en las carreteras por personas, en su mayoría inocentes a esos hechos, que salen de sus hogares a estudiar y trabajar.
Los componentes principales a simple vista pudieran estar relacionados con el manejo temerario, la violación a las leyes de tránsito y los vehículos pesados.
Cada vez son más aparatosos los accidentes, que si bien no se reportan muertes de inmediato, a posteriori pudieran ocurrir defunciones.
Un ingeniero eléctrico, una estudiante de administración de empresa, un estudiante de derecho que también es dirigente político y su cuñada, estudiante de orientación, y dos operadores de locomotora que cargan la caña de azúcar en el Central Romana, han muerto en cuatro días. Esto sin contar con los reportes de los accidentes de motocicletas que ocurren en el país a diario.
Cómo ocurrieron las tragedias
Marcos Heredia Aquino, residente en Pizarrete, Baní, y quien laboraba como electricista, se dirigía a su casa en el mismo autobús que iba la estudiante de administración de empresas Jessica Tejada, de 20 años. Ambos murieron cuando una patana chocó la guagua del transporte público donde otras 19 personas resultaron heridas. Esto se produjo en la carretera Sánchez en el tramo San Cristóbal –Yaguate.
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