Con aplausos de las víctimas y el reconocimiento de la Conferencia Episcopal de que el dolor causado por los abusos “va más allá” de una renuncia se recibió ayeren Chile la decisión del papa Francisco de aceptar la salida de tres obispos del país suramericano.
“Empieza un nuevo día en la Iglesia Católica de Chile. Se van tres obispos corruptos y seguirán más” publicó en Twitter Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del párroco Fernando Karadima, que hace algunas semanas fue recibido por el papa en el Vaticano junto a otros dos abusados por el sacerdote, suspendido en 2011 a perpetuidad por la Justicia canónica.
El Vaticano informó ayer que Francisco aceptó las renuncias del obispo de Osorno, Juan Barros, acusado por las víctimas de ser encubridor de Karadima; del obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte, y del arzobispo de Puerto Montt, Cristián Caro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario