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miércoles, 31 de enero de 2018

Congreso Sirio logra reanimar el proceso de paz con comisión constitucional

SOCHI. El Congreso del Diálogo Nacional Sirio convocado por Rusia logró ayer reanimar el alicaído proceso de paz de Ginebra con el acuerdo de crear una comisión constitucional bajo los auspicios de la ONU.

Ese comité será el encargado de aprobar “una reforma constitucional”, afirmó Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para Siria, al término del encuentro en la ciudad rusa de Sochi (mar Negro).
Rodeado en la tribuna por varias decenas de personas, De Mistura aseguró que la comisión estará integrada tanto por representantes del régimen de Bachar al Asad como de una delegación opositora “ampliamente representada”.
Además, estará formada también por “expertos sirios, la sociedad civil, independientes, líderes tribales y mujeres” y recordó que los delegados habían insistido en la importancia de que haya una “adecuada representación de los líderes étnicos y religiosos sirios”.
La comisión constitucional será definitivamente creada en el marco de las negociaciones de Ginebra, cuya próxima ronda aún no ha sido convocada.
Y será Naciones Unidas quien determine finalmente su mandato, prerrogativas, normas de funcionamiento y criterio de selección de sus miembros.
Al respecto, destacó que el Congreso apoyó una lista de candidatos, que De Mistura prometió consultar con todos los sirios, incluido los que no acudieron a la cita de Sochi, en virtud de la resolución 2254.
El diplomático italosueco subrayó que anunciará cómo ejercerá el mandato del congreso “lo antes posible, ya que Siria no puede esperar”, aunque admitió que será “un trabajo delicado”.
“Esto significa en la práctica establecer en Ginebra el calendario y el proceso para la redacción constitucional. Así, el comité constitucional puede ser creado y comenzar a trabajar. Es lo que ustedes quieren. Lo sé”, apuntó.
El jefe de la delegación rusa, Alexandr Lavrentiev, aseguró seguidamente en rueda de prensa que aún no han sido consensuados los nombres de todos los integrantes de dicha comisión.
Esos nombres aún no acordados deberían corresponder a la Comisión Suprema para las Negociaciones, principal coalición política opositora y que rechazó la invitación de acudir a la cita de Sochi, al igual que los kurdos.
De Mistura admitió que las conversaciones no habían sido fáciles, ya que los procesos democráticos nunca lo son, pero que los asistentes habían apoyado abiertamente el proceso de paz de Ginebra auspiciado por Naciones Unidas.
“Todos los sirios quieren un cese del fuego sostenible, el pleno acceso de la ayuda humanitaria y la liberación de los detenidos, secuestrados y desaparecidos”, proclamó.
Ni De Mistura ni el resto de delegados hicieron referencia al futuro político de Asad, cuya renuncia era una demanda irrenunciable hasta hace dos años, pero que el Kremlin ha conseguido que no cope la agenda de las negociaciones, no sólo en Sochi sino también en
Ginebra.
A lo máximo que han llegado últimamente Estados Unidos y Arabia Saudí es a plantear la pasada semana en Viena la posibilidad de recortar los poderes de Asad, pero el Gobierno sirio lo consideró inadmisible.
El presidente ruso, Vladímir Putin, no acudió a la cita, pero estuvo presente con el discurso de bienvenida, leído por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, en el que aseguró que se han creado las condiciones para “pasar la trágica página” del conflicto sirio.
“Se presenta una buena oportunidad de hacer realidad los deseos de los sirios de poner fin a la guerra entre hermanos, acabar definitivamente con el terrorismo y regresar a una vida normal”, subrayó.
El líder ruso aseguró que el foro estaba llamado a “unir al pueblo sirio después de casi siete años de conflicto armado que ha sesgado la vida de cientos de miles de personas y forzado a varios millones a abandonar su patria”.
Y recordó que “solo el pueblo de Siria tiene derecho a determinar el futuro de su país”.
Minutos antes del inicio de la reunión un grupo de delegados irrumpió al grito de “Un solo pueblo, una sola Siria” en la sala de congresos del centro de prensa olímpico de Sochi, a cuyos presentes animó en vano a secundar sus cánticos.
Un vez arrancado el acto, Lavrov también tuvo que calmar a los presentes, que tras leer el discurso de Putin vociferaron “Viva Rusia, viva la amistad” unos y “Siria libre” y diatribas contra el Kremlin los otros.
Lavrov destacó que el foro no tuvo precedentes, ya que se había logrado congregar a unos 1.600 representantes étnicos, políticos, tribales y religiosos del país árabe, lo que pudo ser constatado por sus coloridos atuendos.
Un grupo de opositores con base en Ankara pareció aceptar ayer en el último momento la invitación de Moscú, pero finalmente decidió permanecer toda la noche en el aeropuerto en señal de protesta, supuestamente, porque en el foro aparecía sólo la bandera y el escudo oficial de Siria.
Ignacio Ortega

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