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lunes, 13 de marzo de 2017

En sector Miramar denuncian caso de contaminación

SANTO DOMINGO. Más de 15 familias de los residenciales Nordesa III y Miramar, en el kilómetro 9 de la Carretera Sánchez, reclamaron la intervención del Ministerio de Medio Ambiente para que prohiba la operación de un taller que desde hace años afecta su salud con tóxicos, combustibles y ruidos.

Explicaron que desde el 2009 tienen una orden de cierre del taller que se dedica a la mecánica, desabolladura, pintura y trasiego de combustible.
Indicaron que el establecimiento está colocado en medio de las dos urbanizaciones y que es causa de problemas de asma entre niños y ancianos, principalmente, porque el olor a pintura y a combustible invade las habitaciones y las demás área de las viviendas el sector Joel Reyes Colón, explicó que la habitación de su hijo menor está pegada del área de contaminación y muchas veces, tiene que abandonarla. Aclaró que los representantes del taller quieren confundir diciendo que es que ellos quieren parte del terreno, pero lo único que desean es que no haya contaminación que les afecte su salud.
“Nuestra denuncia como vecinos es que quiten ese taller, fuimos a la Procuraduría de Medio Ambiente, se empezó este proceso legal, el expediente se extravió, luego apareció y le asignaron ese expediente a otra magistrada que se llama Awilda, ella a es la que tiene ese expediente”, sostuvo.
Silvia Balbuena explicó que el solar en medio de las dos urbanizaciones era un área verde que es alquilada para instalar taller con dueños distintos. “Tenemos unas quince casas (afectadas), cada día crece más el abuso, la desconsideración y ellos no tienen que ver con ruidos y olor, no obedece desde 2009 tenemos la sentencia de orden de cierre, pero estamos desamparados”, sostuvo.
José Miguel González, residente en Miramar, explicó que no es posible que se haga trasiego de combustibles que ponen en riesgo la vida de los residentes en las dos urbanizaciones. En tanto que la señora Nelba Jiménez dijo que le ha vuelto el asma luego de los olores de pintura.
La otra parte
Pablo Ureña, abogado-administrador del establecimiento, dijo que ese es un caso personal porque tienen un “pleito judicial” desde hace más de diez años.
Manifestó que un juez hizo un descenso al lugar y determinó que no había contaminación, que no existía nada comprometedor.
Explicó que ciertamente hay un taller de pintura de automóviles que es un horno cerrado de donde no sale el olor a pintura como dicen los vecinos e informó que su esposa tenía cáncer y vivía ahí, se curó “porque eso no le afecta”.
“Ahora acuden a los medios para poder tomar posesión, pero no procede, las autoridades actuaron, el magistrados Gutiérrez Báez, procurador adjunto de Medio Ambiente, hizo la audiencia y se tomó informe, pero no vio nada contaminante”, sostuvo.

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