SANTO DOMINGO. Imagínese que se levanta un día en buen estado físico. Aborda un vehículo para trasladarse y sufre un accidente de tránsito.
Fue tan traumático el suceso, que los doctores deben amputarle un miembro. Si este planteamiento hipotético le parece trágico, fue realidad en 670 víctimas que han necesitado los servicios de la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) en más de una década. De estas, el 49% ha sido consecuencia de un accidente de motor.
La ADR reporta a Diario Libre que el 12% de las personas de nuevo ingreso atendidas en sus 29 centros en todo el país presentan secuelas de un accidente de tránsito, un cálculo que va de 2,000 a 5,000 personas por año. El 60% se encuentra entre los 20 y 49 años.
Con una población superior a los 10 millones, la República Dominicana es el país de América Latina y el Caribe con el mayor índice de muertes por accidentes de tránsito y uno de los más altos del mundo, con 29.3 por cada 100,000 habitantes, según cifras del Gobierno.
Muchos de los sobrevivientes quedan con lesiones que deben ser tratadas con rehabilitación. Yokasta Paulino, una joven paciente de la ADR, sabe lo que es sufrir las secuelas. Sentada en una silla de ruedas cuenta en un video publicado en YouTube por la Asociación -como parte de una campaña sobre educación vial- que el domingo 18 de marzo de 2001, unos amigos le insistieron con salir a dar una vuelta tras un largo día de estudios académicos. Desde esa fecha su vida cambió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario