SANTO DOMINGO.- Personas desaprensivas arrasan con puertas, ventanas de hierro, varillas y puños de aluminio en el Cementerio Nacional de la avenida Máximo Gómez, de esta ciudad capital.
Los profanadores de tumbas no respetan a los muertos ni reconocen que estos necesitan un lugar de descanso con dignidad.
Estos delincuentes se valen de la noche para saltar las paredes y penetrar el Camposanto para hacer sus fechorías, para profanar los nichos, bóvedas y capillas.
A los nichos les rompen las tapas de arriba para llevarse las varillas, los puños de aluminio de los ataúdes y lo más graves aún se llevan los cráneos y otras partes del cadáver para venderlos a los estudiantes de Medicina y los hierros son vendidos a las metaleras.
En un recorrido hecho reporteros de El Nuevo Diario pudieron observar que varias familias que tienen sus difuntos enterados en nichos, bóvedas y capillas fueron afectadas con estos hurtos.
Entre las familias que fueron víctimas de estos robos se encuentran la Fernández de la Cruz, Bueno Flores, García P., Almonte Díaz, Merán y Camarena Victoriá, entre otras.
Una de las personas afectada que se encontraba en el Cementerio, quien pidió reserva de su nombre, solicitó al nuevo alcalde del Distrito Nacional, David Collado, resolver esta situación con la colación de vigilancia permanente para que estos no vuelva a suceder.
Por Ramón Ramos
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