1- El desbordamiento de las fronteras agrícolas, mediante la búsqueda cada vez más lejos “lomas arriba” de suelos “vírgenes” o con acceso a fuentes de agua, llevándose consigo bosques en zonas vitales para la sostenibilidad.
2- La sobre-explotación de los predios: todo el mundo quiere sembrar al mismo tiempo, por más tiempo, rubros agrícolas que solían ser “de temporada”, sin detenerse a planificar las consecuencias de ese desenfreno e incluso la pertinencia misma del proceso.

Descuide, no nos quedaremos en esos enunciados, más abajo exponemos datos más concisos sobre cada una de estas “alertas”.
Una historia real:
Como ambientalistas, estamos acostumbrados a que se nos achaque un “tremendismo apocalíptico” con el cual se protegen los “actores económicos” y depredadores que comulgan bajo el escudo de producir “bienes y riquezas” para todos. De ahí que no sea sorpresa ninguna, que hasta la fecha las reacciones se hayan limitado a las acostumbradas “comisiones” designadas hasta que se enfríe la calentura y a uno que otro movimiento de “rotación” de funcionarios de décimo quinta categoría.
Como muestras muchos botones: cientos de minuto de videos en los noticieros de mayor impacto, miles de imágenes en expontaneidad de la redes sociales, decenas de cuartillas en la prensa escrita. Pero más evidente aún: está el ensordecedor sonido de las decenas de bombas de extracción encendidas, la agreste vista de cerros “pelados a tabla rasa”, las angustiantes cárcavas de los suelos en franca erosión, el lúgubre panorama de los predios baldios y cosechas marchitas por la falta de agua: No hay forma de ocultar esa tragedia.
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