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viernes, 25 de diciembre de 2015

Carta de fondo de cobertura activista de Scrooge a Santa Claus

Soy un inversionista activista en su compañía, Empresas San Nicolás, quien ha estado enfurecido desde hace muchos años por su excéntrico enfoque con respecto a la asignación de capital, la fijación de precios, la estrategia de marca y la gestión de la cadena de suministro.
Algunos de sus ‘devotos’ me han instado a no criticar su estrategia en esta temporada de buena voluntad, a lo que yo contesto: “¡Qué tontería!”
Siempre he considerado que recurrir a la filantropía del siglo IV y despilfarrar el capital de trabajo son hechos característicos de un fundador profundamente afianzado a su posición y cuya energía se ha dedicado a deleitar a los clientes menores de edad a un gran costo, ignorando toda disciplina de gestión. Usted ha mostrado poco interés en cubrir su costo de capital, y mucho menos en superarlo.

La vida en Empresas San Nicolás es una interminable fiesta: comida gratis para sus duendes, quienes reciben una generosa compensación por crear productos diseñados sin estandarización alguna; regalos para cualquier persona que escriba una carta pidiéndoselos y que se haya portado “bien”, según un vago sistema de medición; villancicos, paseos en trineo, cocteles de ponche de huevo: ¡Oh, cuánto te diviertes con mi dinero!
La totalidad de su empresa existe para suministrar regalos durante un día al año pero, sin embargo, todo el mundo está en la nómina 365 días. Usted ni siquiera considera ampliar su franquicia al Viernes Negro, que representa una flagrante oportunidad perdida. Mientras tanto, usted insiste en llevar a cabo las entregas bajando por las chimeneas, ignorando el hecho de que sólo un segmento de su sector demográfico objetivo habita en una casa. ¿Por qué no usa las puertas?
En resumen, Empresas San Nicolás es una de las compañías menos innovadoras con la que jamás me haya topado. Es tan gorda y feliz como su director ejecutivo, y apegada a una anticuada fórmula empresarial que la expone a ser desestabilizada. Sé de varias nuevas empresas tecnológicas que están recaudando capital para crear aplicaciones en las que los niños puedan hacer ofertas en regalos que serían fabricados por artesanos subcontratados y entregados por unicornios.
Dada la falta de investigación y desarrollo, he sostenido consistentemente que cualquier excedente de capital debiera ser devuelto a los accionistas como una distribución única fiscalmente eficiente cerca del fin de año, el 25 de diciembre, por ejemplo. Usted ha ignorado mis peticiones, eligiendo más bien alegrar las vidas de los niños al azar, en lugar de recompensar a los inversionistas cuyos intereses están alineados.
Puesto que usted está demasiado ocupado para entablar un diálogo constructivo, este año sostuve conversaciones con otros fondos de cobertura. Hemos elaborado un plan para la fusión de su negocio con empresas relacionadas, seguida de una serie de filiales y ofertas públicas iniciales para crear corporaciones más enfocadas.

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